Gallegos del Campo, una pequeña, bonita y acogedora localidad del municipio de Figueruela de Arriba, vive en vilo desde el día 2 de septiembre de 2016. Aquel viernes, como cada mañana de verano, Miguel Fernández, un jubilado de 78 años salía a dar su habitual paseo hacia las 10 horas. Llegó el mediodía, la hora de comer, y su mujer se sintió extrañada de su ausencia. Desconfío sobre que algo no iba bien y trasladó a sus vecinos su preocupación, denunciando posteriormente su desaparición a la Guardia Civil.

Su lugar preferido para pasear era el entorno de la carretera que va desde el cruce de Flechas a San Cristóbal de Aliste, localidad muy cercana a Gallegos del Campo. Hacia allí se dirigió la primera búsqueda sin éxito alguno. Las labores de rastreo se intensificaron durante varias jornadas, con vecinos de otros pueblos peinando caminos y parajes cercanos. La Guardia Civil, desde el primer momento, participó con sus agentes en la comarca, helicópteros y perros del servicio cinológico. Lo mismo los Bomberos de Aliste y los agentes de Medio Ambiente.

Miguel Fernández, aunque alistano, era un emigrante residente en Madrid, que regresaba cada época estival a su tierra. Obviamente conocía cada rincón de su pueblo, por lo cual desde un primer momento se descartó que se pudiera haber desorientado, más teniendo en cuenta que adolecía de una pierna, con lo cual solía transitar por zonas abiertas.

Los vecinos y paisanos de Miguel Fernández siguen abiertos a la esperanza y tras tantos días desaparecido y sin pista alguna, ya no se descarta ninguna hipótesis, esperando aparezca.