La localidad de Gallegos del Campo cerró sin éxito una nueva salida campestre en la que uno de los objetivos era prestar especial atención a cualquier indicio que pudiera dar con el vecino desaparecido el 2 de septiembre, Miguel Fernández.

El pasado sábado el coto de caza "El Castro", de Gallegos del Campo, tenía autorizada una montería al jabalí. A primera hora de la mañana los dos agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Francisco Manías y Jorge de Dios, explicaron la situación a los participantes, zamoranos y llegados de otras partes de España, pidiendo a todos su colaboración, a lo que se unió también el presidente del coto de caza, Rafael Caballero Alonso, a su vez alcalde del vecino municipio de San Vitero. La respuesta fue rápida y unánime: "Podéis contar con nosotros para lo que sea. Estamos aquí para colaborar y ayudar en lo que nos sea posible".

Fue una jornada donde los jabalíes, principal atractivo de la convocatoria, pasaban a un segundo plano. Más de 200 efectivos humanos y animales salieron a recorrer los montes y praderas: alrededor de 75 cazadores, 15 batidores y cuatro realas con más de 120 perros, además de miembros de Medio Ambiente.

Muchas voces y mucho ruido, intentando sacar a los jabalíes de sus escondrijos, miradas escudriñando cada rincón del territorio campestre en busca del alistano desaparecido: ni rastro. Un nuevo fracaso y para los vecinos una nueva decepción, pues Miguel Fernández sigue sin dar señales de vida ni aparecer.

La montería al jabalí se desarrolló en las manchas de "Llombas" y "La Mazada", de Gallegos del Campo, con un precio de 10 euros para los socios y de 20 para los invitados. Solamente salieron 12 jabalíes, le dispararon a 5 de ellos, pero no abatieron ninguno. Los participantes disfrutaron luego de una comida donde intercambiaron experiencias y comentaron la jornada.

En muchas de las monterías, batidas y ganchos que se están desarrollando estos días por Aliste las capturas son escasas, algo cuando menos chocante, dada la abundancia de jabalíes que originan numerosos destrozos en los cultivos.

La caza mayor ha atraído estas ultimas semanas a numerosos cazadores, una amplia mayoría de Extremadura y Galicia. A partir del próximo fin de semana llegarán aquellos que tienen arrendados cotos para la caza menor. De esta manera, durante el otoño e invierno, el sector turístico tiene su principal clientela entre los cazadores. Hay locales que para el viernes y sábado ya tienen todas las camas reservadas. Los cazadores extremeños y gallegos gustan de la buena gastronomía y eso se notará también en los restaurantes.