El torero Jesulín de Ubrique ha buscado estos pasados días fortuna en el coto de Manzanal de Arriba, cuya caza mayor tiene arrendada el pueblo para obtener unos beneficios económicos. "Vino a recechar" un ciervo, expresan fuentes de la localidad, donde dejó huella "por su amabilidad y campechanía".

El torero se dejó ver con total sencillez en la estación de servicio y en el restaurante la Ruta de Mombuey, posando con quienes tuvieron a bien inmortalizarse junto a su espigada figura. Entre otros Emilio Fernández Martín o Roberto Peña.

"Estuvo muy agradable y muy simpático" afirma Fernández Martín.

Aunque afirman que el matador de toros se desplazaba para satisfacer su afición en Manzanal de los Infantes, cuyo coto tiene arrendado uno de los amantes de la caza de la aristocrática familia Martínez de Irujo, el hecho es que estuvo presente en el coto de Manzanal del Arriba, más próximo a la reserva regional de caza de la Sierra de la Culebra. En el restaurante Lobo Feroz "almorzó a las once de la mañana" en compañía de los arrendatarios de la caza mayor, y también en este local posó con algunos presentes. Sobre los resultados del rececho nada se ha dicho.

Es conocido en todo el país que los ciervos de la provincia de Zamora levantan la pasión de los cazadores que aprecian los trofeos excelentes, y el diestro ha querido engrandecer su particular currículo cinegético con un venado zamorano. También despiertan el interés porque son reses de sangre silvestre que barruntan o ventean el peligro de lejos y exigen al cazador una soltura física y una viveza. Algo muy diferente a los animales mantenidos en ciertos y adehesados cercones a base de pienso y paja, y que, careados por los perros, desfilan ante las armadas como los soldados de un carrusel ante la oficialidad.

En estas fechas el rececho del ciervo mueve a los cazadores que buscan los grandes trofeos. Aprovechan el momento de berrea para descubrir a los animales más imponentes, que se muestran movidos por el celo y más que airados ante cualquier adversario que pretendan hacerles la competencia.

Aunque algunas fuentes del sector cinegético destacan que este año se ha dado una berrea "de poca voz" por causa de la sequía, que ha mantenido a los grandes machos emboscados y menos expuestos, otras fuentes destacan la presencia y la captura de interesantes trofeos en lugares que evidencian la expansión de la especie.

El pasado año el ciervo zamorano escaló a lo más alto de la homologación con una res lograda en Lanseros, fuera de La Culebra. Un mérito que se atribuyen los gestores del coto.