El cobro de cien euros por cada permiso de caza que se autorice para conseguir un venado, un ciervo o un lobo en la reserva regional de La Culebra es considerado por algunos cazadores como una carga más establecida por una Administración que, según afirman, en lo tocante al sector "no tiene un duro".

Hay quien aventura que esta nueva exigencia de dinero puede retraer a los cazadores "con menor poder" y que satisfacen su afición cazando hembras. "Quien paga 3.000 o 4.000 euros de entrada por un conseguir un venado es posible que le dé igual cien euros más, pero quienes vamos a los permisos modestos a lo mejor tenemos que pensarlo" expresa un cazador que se conforma con abatir una venada.

"Es lo que faltaba. El personal de la reserva ya cobra un sueldo. ¿A dónde se quieren llegar?" Expone otro cazador contrario al establecimiento de un importe por los gastos necesarios para el control del aprovechamiento para las modalidades de recechos, aguardos o esperas, así como aquellos permisos "que contemplen la posibilidad de lobo como pieza suplementaria".

Es un dinero exigido para hacer frente a los servicios que recibe el cazador que pisa las reservas de caza y que va acompañado por un agente forestal o un celador, que le traslada en el vehículo hasta la zona adecuada, le coloca en una atalaya favorable para lograr su objetivo y colabora en otros pormenores que hacen que el cazador regrese satisfecho y, por lo general, con el objetivo cumplido.

La realidad es que es un sistema vigente en otros países europeos sobradamente conocidos por los cazadores que satisfacen su afición con la debida compañía del personal responsable de controlar o vigilar la caza.