El jabalí es uno de las preocupaciones de los viticultores de Arribes y uno de los comensales que todos los años hace su presencia y deja visible su huella en una y otra parte. "A la uva blanca enseguida la atacan y, como hay pocas, van mordiendo los racimos y estropeándolo todo" afirma un viticultor. La solución adoptada por algunos "es colocar a una distancia de uno seis metros pelo de las peluquerías", que colocan en agosto. "Los bichos huelen el pelo a distancia. Además, al estar perfumado, desconfían y desisten de entrar en la viña. Otros viticultores utilizan bolas de alcanfor" expresa un recolector de uva que dice utilizar esta treta con eficacia.