Las fuertes lluvias que propician los desbordamientos de los ríos con las consiguientes inundaciones de propiedades públicas y privadas, desde viviendas a ayuntamientos, corrales, calles y huertas, se han convertido en los últimos años en un peligro real que causa preocupación y malestar a los pueblos y sus vecinos por los graves daños que originan.

Por este motivo, las autorizaciones de la Consejería de Medio Ambiente y las consiguientes actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Duero señalan que en el entorno de los cascos urbanos -300 metros aguas arriba y 200 aguas abajo- u obras de fábrica y puentes -en estos casos 200 metros por arriba y 100 metros por abajo- se permitirán todas las actuaciones tendentes a liberar el cauce de maleza, árboles caídos y tumbados y residuos sólidos. Respecto a la prevención en materia de sanidad vegetal y teniendo en cuenta que durante los trabajos a realizar se van a ver afectados alisos (Alnus glutinosa) se ha de tener en cuenta la más que posible presencia de Phytophthora alni, cuyos síntomas son bastante inespecíficos: microfilia, clorosis, copas poco densas, manchas negras en la parte externa de la corteza, exudados de color óxido, pudriciones y caída temprana de las hojas.

Por ello, según sentencian los expertos en la materia, "existe el riesgo de que la realización de trabajos selvícolas en alisos ponga en cuestión el mantenimiento, en un estado de conservación favorable, de las masas sobre las que se actúe al posibilitar la entrada de dicho patógeno, que se muy perjudicial y afecta ostensiblemente a la estabilidad de los ecosistemas rupícolas a los que ataca.