Roales afronta la resolución de sus problemas de saneamiento al tiempo que se enfrenta a una deuda millonaria por este tema que arrastra desde hace años. Por un lado, este mes ha comenzado en el municipio la construcción del nuevo colector que recogerá los vertidos de la antigua fábrica de Frinca -hoy Freigel Food Solutions S. A.- y de toda la zona industrial asentada en la carretera de Valcabado. Por otro lado, esta semana comenzó el juicio que determinará la cantidad que deben al Ayuntamiento de Zamora.

Sin embargo, en el Consistorio de Roales aún mantienen la esperanza de alcanzar un acuerdo extrajudicial con la capital para comenzar a pagar la deuda, según comentaba la pasada semana a este diario la alcaldesa del municipio, Berna Miguel (Adeiza), quien al mismo tiempo reconocía que ese acuerdo está lejos de alcanzarse ya que hay una distancia "muy grande" entre la cantidad que reclama Zamora y la que Roales está dispuesto a pagar. Este municipio pide una rebaja de al menos dos millones de euros, por un lado argumentan que un Ayuntamiento de menos de mil habitantes, que maneja un presupuesto anual de unos 600.000 euros, no puede afrontar el pago de una cantidad que podría superar los cuatro millones de euros, y por otro por considerar que Zamora les ha imputado gastos que no les corresponden pagar a ellos.

En este sentido, Roales siempre ha esgrimido que en el colector que lleva las aguas de su casco urbano hasta la estación depuradora de Zamora existen filtraciones de escorrentías en los días de lluvia, y afirman que incluso algunos regatos y arroyos vierten directamente en el colector, "estamos pagando nuestro agua y también la lluvia que cae por el camino", mantiene Berna Miguel. El Ayuntamiento de Zamora maneja un estudio sobre la cantidad de agua que Roales habría vertido todos estos años a la estación depuradora (EDAR) de la capital, estudio que Berna Miguel considera "escaso" por haberse efectuado "en un periodo de 15 días, sin tener en cuenta que el año tiene meses en los que no llueve nada".

Actualmente, las facturas se calculan en función a los datos que arroja un caudalímetro que el Ayuntamiento de Zamora instaló en el bosque de Valorio. Por eso el actual equipo de gobierno de Roales ha instalado uno nuevo a las afueras de su casco urbano que mide el agua que sale del pueblo, y su intención es que sea este el que sirva para facturar el coste de la depuración, "estamos llevando a cabo los trámites administrativos para que sea admitido, no parece que vaya a haber problema", explica Miguel.

Por último, será necesario llevar a cabo varias reparaciones en las calles del municipio para evitar filtraciones del agua de lluvia a la red de saneamiento.

En cuanto a la deuda pendiente, Berna Miguel cree que es "un lío difícil de desmadejar" consecuencia de una "dejación de funciones" por parte del equipo de gobierno anterior, que presidía el popular Miguel Ángel San Martín Pecharromán. "Solo se quejaba pero no tomaba medidas, se quejaba de que había filtraciones pero no las reparaba, de que le facturaban demasiado, pero no instaló un caudalímetro para calcular la cantidad exacta", mientras tanto "la deuda crecía y crecía". Una forma de actuar que en su opinión se debía a que "probablemente esperaba que todo se quedase en nada y nunca nos cobraran la deuda". Roales no empezó a pagar las facturas de saneamiento a Zamora hasta 2016, después de un acuerdo alcanzado entre los nuevos alcaldes de ambos municipios.