San Miguel de la Ribera honraba ayer a su patrón con un programa festivo que tuvo como plato principal el encierro mixto celebrado por la tarde, que aunque no congregó a tantos aficionados como el del pasado domingo, contó con dos toros de extraordinaria bravura que hicieron las delicias del medio centenar de caballistas que asistieron como encerradores, así como de todos los taurinos de La Aldea y aquellos llegados del resto de la comarca para presenciar el espectáculo.

Durante dos horas largas la localidad vivió momentos de emoción, tensión y peligro, los toros embestían con fiereza a caballos y recortadores, pero no hubo que lamentar ningún daño humano, pues solo una yegua sufrió un puntazo en la pata izquierda que necesitó algunos puntos de sutura, pero "se recuperará bien", según aseguraba su jinete unas horas después del festejo.

Los astados respondían con bravura a los quites de los caballistas, por lo que pudieron protagonizar elegantes carreras en la pradera de San Miguel durante más de dos horas "y tardaron bastante en dar muestras de cansancio", coincidían los aficionados desde el otro lado del vallado.

Después de una semana muy intensa, La Aldea despide sus fiestas esta noche con un concierto de pop-rock a cargo de N'Vela y Green Blues, patrocinado por la asociación cultural. Desde la Concejalía de Festejos creen que las fiestas han sido "un gran éxito" tanto por la elevada afluencia como por el resultado de las actividades más importantes, "la gente ha quedado satisfecha". Además, "sobrará parte del dinero presupuestado". La localidad ha disfrutado de dos encierros, una exhibición de recortes, un festejo de plaza y una suelta de vaquillas. El concierto de La Húngara, con fines benéficos, también atrajo a cientos de personas que prácticamente llenaron la plaza de toros de la localidad.

En el Ayuntamiento ya trabajan para preparar las fiestas de 2017 con la intención de mejorar algunos aspectos, como ajustar los horarios de algunas actividades al gusto de los vecinos.