El primer mosto de la temporada, elaborado con uvas de la añada de 2016, gustó ayer, y mucho, a las decenas de moralejanos que se acercaron hasta la Plaza Mayor para contemplar en directo la pisada de la uva. Un acto simbólico que tuvo como protagonistas a los más pequeños, quienes ayudados por vecinos y familiares se afanaban en exprimir al máximo las tinajas repletas de uva tinta del país y albillo que daban su jugo. Eran uvas procedentes de los pagos del viticultor Guillermo Freire, exalcalde y metido de lleno en el mundo vitivinícola, ya que de aficionado ha dado el salto a bodeguero adscrito a la Denominación de Origen Tierra del Vino, con la que comercializa tinto y malvasía con la marca Jarreño. "En moscatel y albillo la graduación está en 11,5 grados y ya se puede recoger. El resto, malvasía y tinta del país, con 13 grados, irá a bodega a mediados de la semana que viene". La producción, un poco más mermada "pero con un producto sano y un exquisito sabor".

"Venga, muévete más fuerte", eran las recomendaciones del público a los niños que con cara de asombro pero muchas ganas pisaban la uva en una cita festiva para Moraleja del Vino gracias a la iniciativa, por segundo año consecutivo, del Ayuntamiento que programaba para el día de ayer un racimo de actividades muy del gusto del personal.

A primera hora se inauguraba la fiesta con varios puestos que participaban de la II Feria de Artesanía, para mostrar una amalgama variada de productos desde bisutería y complementos hasta establecimientos de hostelería pasando por todo tipo de manualidades: cerámica, réplicas de aperos antiguos, productos de belleza, dulces y un largo etcétera presentados por fabricantes locales o del entorno próximo.

Los juegos para niños estaban presentes también en una jornada en la que las actuaciones musicales fueron variadas después del pasacalles que realizaba la Asociación Cultural de Cabezudos de Corrales del Vino, acompañadas de una charanga. A estas actividades le seguía la actuación de bailes regionales del grupo Don Sancho, que animaban la plaza hasta las 20.00 horas, cuando tenía lugar la cena de la vendimia que daba paso a la actuación del grupo local Cepa y Sarmientos.