Cruz Roja de Sanabria cuenta con 20 voluntarios que han facilitado implantar los diferentes programas que desarrolla la ONG desde su apertura hace casi tres años, en diciembre de 2013, a cargo de la responsable de la oficina comarcal, Yolanda Furones. Este nuevo Encuentro del Voluntariado se abrió con la recepción de participantes y autoridades en el salón de actos del Castillo de Puebla, seguido de una visita al castillo, la ermita de San Cayetano y el Museo de Gigantes y Cabezudos. Los voluntarios se permitieron ayer un día de vacaciones en su dedicación solidaria y, de paso, otorgar el reconocimiento de la Organización No Gubernamental a Sanabria como la última comarca en contar con una oficina propia desde la que se han podido implantar los diferentes programas de atención a la población con un resultado satisfactorio.

Unos 70 voluntarios de Cruz Roja pertenecientes a las agrupaciones de Benavente, Toro, Fermoselle, Zamora y Sanabria celebraron ayer el XI Encuentro de Voluntariado. La presidenta provincial de Cruz Roja, Clara Aladrén Ruesca, subrayó el trabajo de los voluntarios en estos más de dos años y medio de trabajo y trasladó su agradecimiento por "una labor extraordinaria". Animó a todos los voluntarios de la provincia a continuar trabajando porque Cruz Roja pueda llegar más y mejor a todas las comarcas en un momento como el que estamos viviendo.

Ladrén subrayó el cometido de este encuentro, en este caso en Sanabria, para que los voluntarios de las diferentes agrupaciones que no se desplazan a otras comarcas puedan conocerse e intercambiar impresiones y experiencias. Para Cruz Roja que atendía las necesidades de Sanabria desde Benavente era necesario contar con una sede en Puebla, que contó con todas las facilidades del Ayuntamiento para habilitar un local. Si Cruz Roja nació en un escenario de confrontación bélica ha sabido adaptarse "para estar cerca de las necesidades de la ciudadanía" añadió la presidenta.

El vicepresidente de la Diputación, Juan Dúo, subrayó el agradecimiento a Cruz Roja por su labor "de carácter humanitario y la importancia del voluntariado que hacen funcionar y son los que están detrás de la Cruz Roja". El vicepresidente recordó que la institución lleva años colaborando "e intentaremos seguir colaborando en la medida de sus posibilidades con Cruz Roja". El alcalde de Puebla, José Fernández, subrayó la disponibilidad de la alcaldía cuando la presidenta Clara Aladrén, ofreció el proyecto hace más de dos años y medio, para abrir una oficina comarcal. "Si algo necesitábamos era incrementar nuestra autoestima". Recalcó el papel de Cruz Roja y el voluntariado para realizar algunos cometidos que "no somos capaces de hacer desde las instituciones". Fernández aludió al trabajo con personas mayores, refugiados, personas en exclusión social, etc. "Gracias, en mayúsculas, por el trabajo, por vuestro tiempo y por ese minuto, por levantar la autoestima de los pueblos que no es fácil".

Florencio Muñoz, uno de los voluntarios de Cruz Roja Sanabria, reconocía que "recibes mucho más de lo que das. La gente mayor te agradece que los visites y que simplemente les escuches. Llega un momento en que se sinceran incluso más que con los hijos, tal vez porque están solos. De estas personas mayores aprendes mucho. Al principio no entienden que no cobres por hacer este trabajo". Un trabajo de cara a los demás que ayer les permitió a ellos recibir más atención con la visita guiada al Conjunto Histórico de Puebla. Un recorrido que comenzaba en el edifico principal de la villa y del castillo, la torre del Homenaje, para continuar por las diferentes estancias de la fortaleza y proseguir por la ermita de San Cayetano. Estaba previsto realizar la visita a la Iglesia Parroquial del Azogue pero la celebración de la boda de unos conocidos vecinos de Puebla propició el cambio para visitar la ermita. Los voluntarios aguardaron con expectación incluso la llegada de la novia, bautizada por algunos como "la novia de la Cruz Roja". Y con ese amadrinamiento curioso todo el grupo se trasladó, desde la Plaza Mayor, al Museo de Gigantes de la villa, que una vez más emparenta la cultura popular y festiva del noroeste de la provincia con el resto de comarcas. El grupo pudo recorrer, e incluso hacer compras, por las calles y el comercio de la villa a lo largo de la mañana. Por la tarde el reto fue improvisar una animación para mantener el ambiente distendido de este encuentro de voluntariado.