José Carracedo Sotillo, hermano de María del Carmen Carracedo Sotillo, continúa la búsqueda en solitario de su hermana tras desaparecer el dispositivo de búsqueda en el término de Rozas, donde se la vio por última vez el pasado 3 de septiembre sobre las siete de la tarde. Para la familia se abre una tercera semana de incertidumbre al no dar con su paradero. El propósito de José Carracedo es "reunir a la gente en Rozas y hacer un homenaje. ¡Una concentración no! Pero sí ver qué podemos hacer entre todos". Ha intentado contactar con las familias de las otras dos personas desaparecidas en la provincia para pedir ampliar los medios de búsqueda "pero entiendo que después de tanto tiempo estén desmoralizados, yo casi también me estoy desmoralizando".

La familia Carracedo pide más medios para tratar de dar con la mujer desaparecida. José no se ha planteado por el momento regresar a Linares, donde se habían afincado hace un año los dos hermanos y su madre, cerca de uno de sus sobrinos. En el año 1970, con pocos años de edad, José y Carmen se fueron de Rozas a vivir a Bilbao. María del Carmen, madre de dos hijos, se casó en Lagarejos y la familia vivía en Jaén, hasta que enfermó y fue operada. Recordaba que de niños, aunque no vivieron en Rozas, sí bajan los dos a jugar al río. Estos días ha bajado hasta la orilla del arroyo Villarino por si María del Carmen se hubiera acercado hasta allí. Se han revisado los caminos, las casas, las fincas cercanas al pueblo, además del río, "pero puede estar en cualquier agujero y no la hemos visto" dice con pesar José. La maleza lo invade todo "solo vas por los sitios que son fáciles", pero el monte es imposible de penetrar en zonas aledañas al mismo casco urbano.

Su interior le dicta que "está ahí, caída en algún lugar", pese a que "aparentemente está todo mirado". Desde hace una semana que no se organiza ninguna búsqueda, por ese motivo "salgo todos los días yo solo" para regresar con mayor carga de incertidumbre. La condición física de su hermana, de reducida movilidad, le hace pensar que no se fue muy lejos. Sus paseos eran cortos por una calle del pueblo y acompañada de su hermano, pesaba 87 kilos y se fatigaba rápidamente.

Hace una semana repartió decenas de octavillas en los pueblos cercanos pidiendo la colaboración de los vecinos de la zona para tratar de organizar una nueva búsqueda aprovechando el fin de semana, pero no ha obtenido respuesta. Se lamenta de no haber podido reunir voluntarios para revisar de nuevo en el perímetro del pueblo. "Yo lo entiendo. La gente ha tenido que volver a sus casas al trabajo y no tengo queja", y reconoce que la primera semana se movilizaron para intentar dar con el paradero de María del Carmen, de 54 años. Desde Rozas "pido disculpas a la Guardia Civil, porque no tengo nada contra ellos" pero traslada su contrariedad por la falta de medios para prolongar la búsqueda de las personas desaparecidas "es posible que los hayan pedido y que no se los hayan concedido". En el caso de María del Carmen, en los primeros días de su ausencia se movilizó un amplio dispositivo de agentes, voluntarios y medios.

María del Carmen no pudo ir muy lejos porque se cansaba y se movía con dificultad, aunque desde que vinieron a Rozas a pasar un mes de vacaciones se encontraba bastante mejor, se le habían deshinchado las piernas al no padecer los calores del sur. En Linares salía muy poco, se montaba en el ascensor y volvía a subir. Como mucho "iba a buscarme a la tienda que estaba cerca", explica su hermano, pintor de profesión. En Rozas pasaba las horas en la terraza de la casa familiar, junto a su madre enferma, y esperaba a su hermano para bajar las escaleras de casa y llegar a la calle. "Si le decía que no bajara sola por si se caía, sí me hacía caso".

El último lugar donde se la vio fue en el camino de Bartosentos, aunque hay confusión sobre si realmente era ella. Su hermano la echó en falta sobre las siete de la tarde, el 3 de septiembre, cuando, después de venir de El Mercado y colocar la compra sobre las cinco de la tarde, regresó a las siete después de devolver el coche a un conocido que se lo había prestado para regresar a Rozas. A partir de ese momento no ha tenido más noticias de su hermana.

Carracedo pone en evidencia no solo la falta de medios, "en estos pueblos nos faltan muchas cosas. Ahora llega el invierno y esto queda vacío".

En una breve carta, José Carracedo hace públicas sus inquietudes: "en Sanabria todos nos preguntamos por qué no se busca a las tres personas que se encuentran desaparecidas en estos momentos, igual que la chica desaparecida en Galicia.

El único medio que está sacando la noticia en el periódico local de Zamora, La Opinón-El Correo. El resto de medios de comunicación se mantienen al margen de la noticia en unos sucesos tan graves de la región. Solicito como hermano de la desaparecida compresión y empatía porque no nos podemos olvidar de ellos y pido ayuda a la Administración para que se pongan todos los medios necesarios para encontrar a los desaparecidos".