Con la entrada en vigor de la rebaja de 13 céntimos por cada litro de combustible en varios puntos de la frontera portuguesa con España, el Gobierno luso pretende hacer más competitivas las gasolineras y evitar que los portugueses reposten en territorio español. Se trata de una medida experimental, impulsada por el Ejecutivo luso en el marco de la Ley de Gasóleo Profesional, que permitirá a los transportistas adquirir combustible a un precio más barato.

Dentro de esa nueva normativa, la primera decisión ha sido la de experimentar los efectos de un gasóleo profesional más barato para transportistas de mercancías, que podrán repostar en 55 gasolineras fronterizas con las regiones españolas de Castilla y León, Extremadura y Andalucía. 17 puestos se encuentran en la frontera de Vilar Formoso, en el límite con Fuentes de Oñoro (Salamanca); 13 en Quintanilha, fronteriza con Zamora; 14 gasolineras en la frontera con Badajoz; y 11 puestos en Vila Verde de Ficalho, punto limítrofe con la provincia de Huelva.

Provincia de Zamora

El objetivo del Gobierno portugués es el de ser más competitivo, ya que, a diario, miles de vehículos, sobre todo camiones que cubren rutas entre España, Portugal y el resto de Europa, optan por llenar su depósito (con una media de 1.500 litros por tanque) en áreas de servicio de España, tales como Fuentes de Oñoro (Salamanca), en la provincia de Zamora o Badajoz, donde el combustible se oferta más barato, en una horquilla de precios entre 10 y 15 céntimos más bajos.

Al llegar a la frontera, es habitual ver cómo las gasolineras portuguesas, sobre todo desde hace una década, mantienen sus puertas cerradas por falta de actividad, ya que no son competitivas, mientras que las españolas suelen tener numerosas colas de vehículos, sobre todo con matrículas lusas.

Algunos creen que la reducción de 13 céntimos por litro podría ser insuficiente, ya que las gasolineras del lado español podrían tener algo de margen para ofrecer mayores descuentos.