Las abundantes precipitaciones registradas a principios de año han propiciado un importante incremento de la generación de energía eléctrica. Según los datos de Iberdrola, las centrales hidroeléctricas de la cuenca del Duero han aumentado el 61,4 por ciento la producción eléctrica respecto al mismo periodo de 2015.

De tal manera que en los primeros ocho meses del ejercicio, es decir hasta el 31 de agosto, Iberdrola ha registrado una producción de 7.700 GWh (gigavatios hora) frente a los frente a los 4.771 del mismo periodo del año pasado. Salamanca y Zamora son las grandes productoras. Mientras la primera contabilizó el año pasado una producción de 3.223 gigavatios hora hasta el 31 de agosto, en el año 2015 se ha traducido en 5.179. En el caso de Zamora se ha pasado de 1422,3 GWh a 2.355,8. Hay que tener en cuenta que la compañía hidroeléctrica obtiene en la Cuenca del Duero una gran parte de su producción eléctrica. Una modalidad de energía que representa "entre el 15 y el 20% del total de su producción en España".

En cuanto embalsada, en los ocho primeros meses del año los embalses de Iberdrola en la Cuenca del Duero se encuentran al 78% de su capacidad máxima. Es un volumen de almacenamiento mayor que el de hace un año, que se situaba en el 72,7%, casi seis puntos menos.

Así, frente a los 3.349 hectómetros cúbicos almacenados en los ocho primeros meses del año pasado, hasta el 31 de agosto de 2016 la capacidad era de 3.522 hectómetros cúbicos.

Existen dos tipos de embalses. Por un lado los de gran capacidad, que presentan oscilaciones de nivel a lo largo del año, ya que dependen de las precipitaciones y del uso que se haga del agua embalsada, como es el de Almendra, en Salamanca, el mayor embalse de la Comunidad con capacidad para 2.586 hectómetros cúbicos; o los de Cernadilla y Ricobayo, en la provincia de Zamora, con capacidad para 1.179 y 256 hectómetros cúbicos respectivamente.

Y por otro lado los embalses sin capacidad de regulación, de pequeño volumen embalsado, por los que el río fluye y que no presentan apenas oscilaciones de nivel, como son los de Valparaíso, Agavanzal, Villalcampo y Castro, en Zamora. Y los de Aldeadávila y Saucelle, en Salamanca.