El papel de la industria de alimentación y bebidas es más significativo en Castilla y León que en el conjunto nacional. Además, las actividades agroalimentarias suponen la principal rama industrial de la Comunidad Autónoma, ya que concentran el 29,2% de la cifra de negocios de la industria y el 29,7% de los ocupados.

Por ramas productivas, la industria cárnica es la actividad con mayor peso sobre la agroindustria regional, con el 27,8% de las ventas del sector agroalimentario y el 30% del empleo. También se aprecia una importante aportación de las industrias lácteas, de los productos de alimentación animal y de la rama de pan, pastelería y pastas alimenticias.

A este respecto, cabe señalar la elevada participación de las ventas de Castilla y León en el conjunto de España de las ramas de azúcar, chocolate y confitería, industrias lácteas, pan, pastelería y pastas alimenticias, productos de alimentación animal, industria cárnica y vinos. En cuanto al empleo, las industrias lácteas de la región concentran el 17,5% de los ocupados en España.

Según los datos del Directorio Central de Empresas, del Instituto Nacional de Estadística, el sector de la industria de alimentación y bebidas en Castilla y León está constituido por 2.998 empresas, lo que supone un retroceso con relación al año anterior. Pese a ello, la industria agroalimentaria representa el 25,7% de las empresas industriales y el 1,9% del parque empresarial de Castilla y León, porcentajes superiores a los observados en España. Además, las empresas agroalimentarias regionales significan el 10,6% de las entidades que se dedican a estas actividades en España, porcentaje superior al del conjunto del sector industrial y el total de empresas.

Uno de los rasgos principales de la estructura empresarial del sector es la mayor implantación de los segmentos de mayor tamaño, a lo que sin duda contribuyó el proceso de concentración vivido por el sector en los últimos años. En este sentido, aunque en la agroindustria se observa un predominio de las microempresas y de las empresas sin asalariados, que suponen el 82,2% del total, esta participación es inferior al 96,4 por ciento que representan en el conjunto de las empresas de la región.