"Se ha hecho todo lo que lógicamente se podía hacer, y más aún". Así se expresaba uno de los nietos de Felisa Ferrero García de 91 años, vecina de Ilanes, desaparecida la tarde del día 30 de julio en el municipio vecino de Robleda.

Su hija, Montserrat Ferrero García, tras regresar a su casa de Ilanes, intenta "afrontar la realidad" acompañada en los primeros días de uno de sus hijos. A punto de cumplirse un mes de su desaparición, persiste la preocupación por su paradero.

Montserrat confía en que su madre aparezca y "podamos pasar el duelo", ya que se han perdido todas las esperanzas de encontrarla con vida. Situación de la que tomó conciencia cuando la Guardia Civil rastreó la zona con los perros especializados en la detección de cadáveres, aunque sin resultado. Uno de los nietos extendió la búsqueda al cercano embalse de Cernadilla, con resultado negativo.

La esperanza está ahora depositada en que accidentalmente alguna persona, cazador o recolector de setas, encuentre algún rastro de Felisa.

Montserrat señala que "quiero dar las gracias a todas y cada una de las personas que han participado en la búsqueda de mi madre, a riesgo de olvidarme de alguna en concreto". Agradecimiento expreso al pueblo de Robleda y a la familia Rodríguez Casas donde pasaba unos días con su madre por el apoyo que le han ofrecido en las primeras semanas de la desaparición de su madre.

Felisa Ferrero fue vista por última vez entre las cuatro y media y las cinco de la tarde en Robleda, cuando salió de casa acompañada del perro "Goliat". El animal volvió a la casa poco después pero solo. La mujer llevaba un bastón por sus dificultades para andar. Llevaba vestido camisero de color azul con lunares blancos pequeños y chaqueta de punto azul marino, medias claras y zapatillas de tela. Diferentes prendas y objetos, como un bastón, encontrados en las tareas de rastreo no pertenecía a Felisa.

El municipio de Galende y en particular Ilanes, pueblo en el que nació Felisa, se volcaron en la búsqueda de su convecina. Las tareas de rastreo fueron intensivas en los primeros 10 días, y en la que se fue abriendo el cerco hasta un radio de casi 10 kilómetros.