Volvió Sanzoles a demostrar que es un pueblo vivo. Volvió a tomar en tropel la Plaza Mayor. Volvió a bullir en torno a una mesa, a la música, a la fiesta. ¿Y por qué lo hizo? Por el Zangarrón. No hay fiesta que más una, que más lime asperezas que esta mascarada de invierno que concentra ese espíritu que hace pueblo, que apiña voluntades. Lo malo se olvida y los bueno se agranda, ese es el espíritu de esta celebración hiemal que saca las orejas también en estío, en agosto, gracias a la Asociación Amigos del Zangarrón de Sanzoles.

A la llamada acudieron más de 400 personas. La oferta, desde luego, era apetecible: dos huevos, chorizo al vino, actuación de música tradicional a cargo de dulzaineros colaboradores de la asociación cultural La Nota, gincana, cuentacuentos y disco móvil, ¿alguien da más?

Los socios de Amigos del Zangarrón respondieron. Brotaron cocineros, camareros, administrativos, controladores, animadores, braceros, músicos, un coctel de oficios que se apoderaron del ágora en un instante y por varias horas. Los comensales, espectadores y bailongos acabaron contentos por el servicio y la buena compañía.

La noche tuvo una significación especial porque el vicepresidente de la Asociación Amigos del Zangarrón, Antonio Domingo Prada, dio a conocer públicamente la donación de nuevos útiles para la fiesta, un esfuerzo personal inconmensurable de un sanzolano que, junto a su hermano David, tanto están haciendo por la mascarada.

Hacer grupo

La celebración sirvió también para hacer grupo porque el colectivo que vela porque la fiesta no pierda las esencias suma socios naturales del pueblo y de otros municipios de la provincia como El Perdigón o la propia Zamora capital. La asociación sigue extendiéndose en su afán por abrir nuevos horizontes que lleven a la manifestación tradicional a conseguir su objetivo más inmediato: la calificación de fiesta de interés turístico nacional.

Todos los asistentes, además de la comida, la bebida, la música y la alegría se llevaron a sus casas una cazuela con la leyenda "El Zangarrón, Patronato Provincial de Turismo". Detrás del plato de barro estaban el Ayuntamiento de Sanzoles y la Diputación Provincial.

Un año más, el esfuerzo particular y colectivo ha hecho posible que Sanzoles recupera en agosto la vitalidad que tuvo hace algunos veranos. Hay que disfrutar antes de que llegue el invierno. O lo que sea.