El misionero José Gangoso López es toda una institución en la familia salesiana y en la misión de Guinea Ecuatorial, donde lleva 33 años trabajando en favor de la educación de los jóvenes y evangelizando. Una tarea que el año pasado fue reconocida con la medalla de Isabel la Católica. Ahora, sus paisanos terracampinos también han premiado su labor solidaria con el reconocimiento de "Un diez para diez". Él agradece los halagos aunque los recibe con la naturalidad de quien hace las cosas sin otro interés que el bien hacia los demás. Es lo que mueve la vida de este religioso.

-¿Qué recuerdos tiene de aquel Prado de su infancia?

-Nací en el seno de una familia de agricultores pero pronto mi padre contrajo una enfermedad asmática que le imposibilitaba para las faenas agrícolas, así que logró una plaza de guardián de prisiones en Madrid y la familia se trasladó allí en 1942. Yo me quedé en Prado con los abuelos. Mi niñez transcurrió en la tranquilidad del pueblo y fui muy feliz; los recuerdos de entonces son el cariño de los abuelos, los pequeños trabajos del campo, la recogida de espigas en la siega, montar en el trillo en la era, la recogida de uvas en la vendimia o montar en el borrico. La casa de mis abuelos estaba en frente de la del señor cura, por lo que durante varios años fui el monaguillo de todos los días. Recuerdo especialmente mi primera comunión. Al día siguiente mi abuelo me llevó a hacerme la foto a Benavente. El viaje no lo puedo olvidar: fue de noche, por un camino que acortaba el trayecto en carretera y montados los dos en burro. Guardo la foto con mucho cariño.

-¿Cuándo salió del pueblo?

-Al cumplir los siete años me llevaron a Madrid y tuve la suerte de entrar en el Colegio Salesiano de Estrecho. Estuve seis años muy contento hasta el punto de querer ser como aquellos jóvenes salesianos que llenaron mi vida de alegría.

-¿Ahí germinó su vocación?

-Después de estar 3 años en el seminario menor de Arévalo pasé al noviciado de Mohernando y en agosto de 1955 hice la profesión religiosa. Tras el noviciado los salesianos hacemos tres años de estudios filosóficos y de magisterio y, al acabar hice las prácticas en el colegio María Auxiliadora de Salamanca, al tiempo que me ejercitaba en la música: guitarra y piano que siempre me fueron de gran utilidad en mi trato con los muchachos.

-Y allí continuó con los estudios...

-Sí, en Salamanca hice Teología y recibí la ordenación sacerdotal en 1965. Trabajé como maestro y sacerdote en Guadalajara y en Madrid, y estudié Ciencias Físicas en la Complutense como alumno del Colegio Mayor San Juan Evangelista, el célebre "Johny" que por aquel entonces estaba confiado a los salesianos. Allí entré en contacto con una juventud plural, muy crítica con el franquismo en sus últimos años, muy activa y plenamente integrada en la modernidad.

-¿Cuándo emprendió camino a las misiones?

-Trabajé en el colegio de mi adolescencia y desde ahí di el salto a Guinea Ecuatorial en septiembre de 1983. En Guinea estaba reciente el golpe dado por Obiang Nguema, que aquí llaman el "golpe de la libertad" porque en realidad fue eso: una liberación del despótico y sangriento dictador Macías que había dejado el país muy postrado y en la gente había un sincero deseo de comenzar una nueva era. Así llegue aquí en el momento más interesante, cuando todos, y sobre todo los jóvenes, tenían muchas ganas de salir de la postración y miseria, muchos deseos de saber y de estudiar y mucha confianza en nosotros que les ayudábamos a recuperar la fe de sus mayores y la cultura.

-¿Qué se encontró en Guinea, hacia dónde dirigió sus pasos?

-Al llegar a Malabo en septiembre de 1983 comencé a trabajar en la escuela de Magisterio y en el Instituto "Rey Malabo" junto con otros profesores y profesoras españoles y guineanos hasta el año 2000. Entonces me encargó la Cooperación Española la construcción de un nuevo Colegio Español que comenzó a funcionar en 2002 y a la acción educativa en ese colegio me he dedicado hasta ahora. Al mismo tiempo y durante los fines de semana los salesianos nos ocupamos de la acción pastoral en una extensa parroquia de la ciudad y en casi todos los pueblos de la parte este de la Isla de Bioco, la antigua Fernando Poo.

-¿Es complicada la evangelización en Guinea?

-Los guineanos, como todos los africanos, son por naturaleza muy religiosos, los jóvenes acuden en gran número a la misa dominical y a nuestras invitaciones. Reciben el bautismo y acuden a la catequesis un gran porcentaje de los muchachos y muchachas? También los mayores son muy religiosos. En todas las parroquias de la ciudad y de los pueblos hay al año cientos de bautizos pero las bodas se cuentan con los dedos de una mano? quizás por miedo al compromiso para siempre o también porque antes deben tener todas las seguridades? casa, trabajo?

-¿Qué trabajo realizan los salesianos en Guinea?

-Es fundamentalmente con los jóvenes. Se aprecia un progreso grande en el esfuerzo que hacen por formarse, por estar al día, por los temas culturales, por estudiar con libros, por conseguir una beca de estudios en España y, cuando vuelvan, ayudar a sus hermanos? ese me parece que es el principal logro.

-Las noticias que llegan a España del presidente Obiang es de unas formas dictatoriales, un control total del país.

-Al señor presidente Obiang no se le puede entender con los patrones europeos. Aquí es un presidente querido por el pueblo. Hay dos detalles que son muy válidos y significativos: el primero es la paz. Guinea Ecuatorial es uno de los pocos países de África que están en paz y en la paz hay aumento del bienestar y del progreso material, aunque este último sea muy desigual. El segundo es que en los 15 últimos años Guinea ha logrado tener la más completa red de carreteras, tan buenas como las españolas y mejor cuidadas. Estos dos detalles son importantes y únicamente hay que lamentar la enorme desigualdad que hay entre la gente del Gobierno (este minúsculo país, que podría gobernarse sobradamente con 5 ministros, tiene un gobierno con más 50 personas con categoría de tales) y el pueblo llano siempre en crisis por falta de trabajo?

-¿De qué obra se siente más orgulloso en su misión?

-Especialmente de mi relación con muchos jóvenes que son ya capaces de hacer las mismas cosas que hice yo con ellos, que pueden llevar un colegio con el mismo espíritu con que ellos recibieron su educación. Esto no es solo teoría sino que realmente es así: llevamos con un grupo de 8 de ellos una Escuela Profesional Ocupacional que este año ya ha dado sus primeros frutos dando un trabajo digno a una cincuentena de jóvenes de ambos sexos.

-¿Qué papel juega la Iglesia en Guinea y por extensión en África?

-La Iglesia en Guinea como en todas partes, junto con la evangelización promueve la promoción y el desarrollo humano, subrayando los aspectos comunitarios, la igualdad y el derecho de todos. Aquí se nota más porque son más fáciles y fluidas las relaciones humanas.

-¿Notan la corriente de aire fresco impuesta por el papa Francisco?

-El papa Francisco es un continuo modelo y aliciente de cómo debemos situarnos en este mundo moderno, cómo tratarnos entre todos con verdad y sencillez, cómo cuidar la naturaleza y cómo ser misericordiosos como el Padre-Dios. Naturalmente estoy encantado con este Papa y todas sus actuaciones.

-¿Sigue desde allí la actualidad de España? ¿Qué opina de este momento político tan indefinido?

-Los actuales problemas de España me tienen perplejo. ¿Cómo es posible que algunos políticos sean tan infantilmente incapaces de ver más allá de sus propios intereses partidistas y fallen a la más elemental norma de las democracias modernas y se atrevan a criticar a los gobernantes de aquí? España siempre se ha mirado desde aquí como lo que antes llamábamos la "madre patria", modelo de convivencia, de esperanza, de organización; casi todas las instituciones y leyes de aquí son copia literal de las de España? La situación de ahora es decepcionante para los guineanos que siempre habían visto en España un modelo. Aun así, creo que los guineanos seguirán divididos en dos bandos: los hinchas del Madrid y los del Barça.