Los datos demuestran que estamos ante una de las campañas más fructíferas de los últimos años en cuanto a producción de cereal en la provincia de Zamora -otra cosa son los precios, tan bajos que van a mermar el balance económico de un año extraordinario-. Con un rendimiento medio de 4.026 kilos por hectárea -muy lejos de los 2.574 alcanzados el año pasado-, la producción también está muy por encima de la media de la última década que se sitúa en 2.723 kilos por hectárea de cereal sembrado.

Zamora es la cuarta provincia de Castilla y León en nivel de rendimiento de los cereales de invierno, con Burgos a la cabeza seguido de Palencia y Valladolid. Estas provincias, junto a Zamora, superan este año los cuatro mil kilos por hectárea y se sitúan por encima de la media regional. Ávila, rozando los tres mil kilos, está a la cola de las producciones previstas en esta campaña.

Las que mejores rendimientos medios en trigo blando han obtenido han sido Burgos con 4.700 kilos por hectárea, Palencia con 4.500, León con 4.300 y Valladolid con 4.100, mientras que Zamora se sitúa en 4.000. En cebada, es Palencia la que mayor rendimiento registra con 4.600 kilos por hectárea, Burgos con 4.400, Zamora con 4.300 y Valladolid con 4.200.

Los datos hechos públicos por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta confirman la preponderancia del trigo, que se consolida como el cereal preferido por los agricultores a la hora de planificar los cultivos. Así, en la presente campaña de las 154.672 hectáreas de cereal sembradas en la provincia -cuatro mil más que el año pasado-, 72.796 son de trigo y 56.644 de cebada. Todo ello a pesar de que esta campaña el rendimiento de la cebada ha sido unos 300 kilos mayor que el trigo. El resto de cultivos se reparten entre avena (16.013 hectáreas), centeno (4.914) y triticale (4.305), con producciones de 3.278 kilos pro hectárea en el caso de la avena, 3.307 en el centeno y 3.336 en triticale.

Pasado el ecuador de la cosecha de cereal -ya se ha recogido el 70% de la cebada y el 30% de trigo-, las previsiones se cumplen con una producción que en la provincia supera las 622.000, toneladas, el sesenta por ciento más que el año pasado, mientras que en el conjunto de Castilla y León alcanza los 7,6 millones (un 35% más). Zamora se sitúa a la cabeza de la región en la mejora del rendimiento; solo se acerca Salamanca, con un 52% de mejora respecto a la campaña anterior. Y está muy lejos del 6% de variación experimentada en León.

El análisis de la campaña realizado por la Consejería de Agricultura y Ganadería destaca las buenas condiciones de la siembra, con un invierno lluvioso, "más húmedo de lo normal", lo que ha permitido un buen desarrollo de la planta, y por una primavera también más húmeda de lo habitual, "lo que ha conllevado un buen desarrollo del cereal aunque algunas zonas han presentado algunos daños por la presencia de hongos y la proliferación de malas hierbas".

El análisis destaca también la influencia negativa de las altas temperaturas de la segunda semana de junio, por encima de lo normal, y las tormentas con pedrisco de los primeros días de julio que "han producido daños en algunas zonas de la Comunidad originado un descenso de producción".

No obstante, en el conjunto de Castilla y León se superarán los 7,6 millones de toneladas, frente a los 5,5 millones recogidos el año pasado, lo que supondrá el 43 % de la producción de España, tres puntos más que en 2015.

El contrapunto de estos resultados está en el mercado que, ante la sobreabundancia de grano, mantiene los precios a la baja. Las organizaciones agrarias ya han advertido que esta circunstancia puede dar al traste con el que se considera como un año "bueno".