Vecinos, autoridades y familiares del padre Agustino, Ángel Rodríguez de Prada, participaron ayer en un homenaje a este ilustre sanabrés nacido en Cobreros en 1859 y fallecido en Aldaz (Navarra) en 1935. El Papa León XIII le designó director del Observatorio Vaticano, entre 1898 y 1905, y publicó los datos recogidos por el observatorio en varios tomos de Pubblicazioni della Specola Vaticana en 1905. Sus estudios de climatología se desarrollaron en ciudades como Valladolid, Guernica, País Vasco, etc.

El padre Agustino y profesor de Filosofía de la Naturaleza y la Ciencia, Domingo Natal Álvarez, trazó el semblante del padre Ángel, en el que destacó por encima de su faceta de científico su condición de sanabrés y su amor por "la humilde aldea en que se meció su cuna". Fue doctor en Ciencias, maestro en Filosofía y Teología, asistente general de la Orden y miembros de la Asociación Española para el progreso de las Ciencias y de la Sociedad Astronómica de Francia. De 1910 a 1913 fue Prior de los Agustinos de Polonia y director del colegio de Guernica entre 1916 y 1920. Es autor de 172 títulos y numerosos artículos. Fue en la era de la casa familiar donde el padre Rodríguez observaba las estrellas, recordaba ayer el catedrático y cervantista, Leandro Rodríguez, en el acto de homenaje.

Domingo Natal desglosó los rasgos de su especialidad, la Astronomía y su sentido práctico. Adelantado a su tiempo profundizó en temas el planeta Marte del que, en su época, ya descartó la presencia de vida aunque predijo la existencia de sonidos que ahora se pueden constatar científicamente. La teoría de la Evolución Humana de Darwin y la Relatividad de Einstein fueron objeto de estudio por parte de este agustino y científico atípico. Fundó el observatorio de Guernica cuyos estudios servían a marineros y agricultores. En las páginas del periódico comarcal "El Noroeste Zamorano" abogó por la mejora y modernización de la pesca en el Lago de Sanabria y la agricultura además de la modernización del transporte y las comunicaciones.

Mayte Mato, descendiente de los fundadores del Noroeste, retomó las palabras de Ángel Rodríguez en la carta remitida al entonces director de la publicación "mi tío Enrique Romero". En una frase decía de esta comarca "entre Orense y Braganza hay un rincón olvidado de la patria". Escritor directo reprochaba a políticos, administradores y a los propios sanabreses y carballeses el no ocuparse de mejorar a sí mismos. Crítico con los gobiernos por el retraso de la línea férrea a Orense "no va ser una realidad hasta el siglo XXV". Antonio Rodríguez ha recopilado las cartas entrecruzadas con su hermano en Filipinas y que ha encuadernado para recuerdo de la familia.