La Dirección General de Tráfico (DGT) aplicará restricciones a la circulación de vehículos pesados en la Nacional 122 el 14 y 15 de agosto, de 11 a 22 horas, desde el punto kilométrico 466 en Zamora hasta el PK-538, la frontera con Portugal en puente sobre el Río Manzanas, un tramo de 72 kilómetros y en ambos sentidos). La buena noticia puede convertirse en un auténtico problema para la villa, pues al reabrirse al tráfico los trailers parados en Quintanilha y Zamora, durante once horas, reanudarán su marcha a las 10 de la noche, con lo cual, en una y otra dirección, atravesarán Alcañices, en la noche del año con mayor presencia humana. La villa estará en plenas fiestas patronales de San Roque y La Asunción y a esas horas la Plaza Mayor, cruzada por la Nacional 122, acogerá las concurridas verbenas populares.

La N-122, así lo denunciaban ayer los propios vecinos, va a desatar una guerra entre Alcañices y el Ministerio de Fomento si nadie lo evita. La historia viene de atrás y ya hace varios años el Ayuntamiento, entonces presidido por Tomás Carrión Carrión, se vio obligado a suprimir los encierros de la Plaza Mayor y Nacional 122 y trasladarlos a la calle San Andrés. La polémica está servida. Por un lado, está la normativa que establece mantener abierta al tráfico la calzada, algo normal si no fuera porque en ella están los dos únicos pasos de peatones, juntos, y hay que garantizar la seguridad de los peatones en un lugar donde tendrán que compartir espacio los cientos de personas que entran y salen del baile y el tráfico. Los alcañizanos, en particular los padres de niños creen que eso será "una bomba de relojería y el menor despiste puede terminar en tragedia".