La Guardia Civil investiga la muerte por asfixia de 430 colmenas situadas en diferentes fincas de San Vitero.

La muerte de este elevado número de enjambres, pertenecientes todos ellos al apicultor salmantino Jorge Navarro Yuste, parece ser responde a una ejecución premeditada e intencionada, realizada por quienes se opones a la apicultura trashumante por considerarla una competencia al sector local.

Navarro Yuste interpuso el pasado jueves la correspondiente denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil al tener conocimiento de los hechos y comprobar los funestos resultados.

El apicultor salmantino señala que había sido advertido por el alcalde del municipio para que retirara las colmenas sin apenas dilación. "Hace dos semanas el regidor me dijo que tenía diez días para retirar las colmenas sin darme opción a nada más. Fue un viernes y el lunes estuve con el alcalde y el secretario para ver si había alguna forma de solucionarlo. Me empadroné en el pueblo para tener derecho y la cosa quedó ahí. Sin embargo, el jueves me llamó el propietario de la finca donde tengo instalados los cuadros de abejas para decirme que habían tapado las colmenas. Cuando fui a verlas comprobé que, en efecto, habían tapado la piquera, que se abre y se cierra para el transporte, y las abejas habían muerto, con el calor, por asfixia" expresaba ayer tarde el perjudicado.

Pone de manifiesto que lleva instalando las colmenas en la zona "desde que las compré, en el año 2009", e indica que "el anterior dueño llevaba veinte y nunca había tenido ningún problema". Considera que es una matanza que tiene su motivación en la nueva ordenanza reguladora, que prohibe la instalación de colmenares a los de fuera, y sus sospechas se inclinan hacia apicultores que están contra la apicultura trashumante.

El afectado está en estos momentos consultando con las organizaciones sindicales sobre la legalidad de instalar colmenas en fincas privadas. En este caso, había distribuido las 430 colmenas en tres fincas, pero todas fueron arrasadas impidiendo la salida al campo y dejándolas encerradas en el interior de la colmena. Jorge Navarro valora las pérdidas "en unos 80.000 euros".