El profesor de la Universidad de Sevilla, y especialista en paisaje, historia y cultura tradicional Pascual Riesco, abrió las jornadas sobre Trashumancia y Ganadería Extensiva, enmarcada en Pastores, con una conferencia sobre "la trashumancia a la sierra Segundera en el siglo XVI", pronunciada ayer tarde en el Museo Etnográfico de Castilla y León.

"Preparando un libro sobre toponimia de la provincia", Pascual Riesgo tropezó con una interesante documentación sobre de la trashumancia a la Sierra de Segundera que le puso al corriente de un fenómeno pastoril "muy interesante". Destaca el hallazgo "de un balance anual, de 1566, que hace el mayordomo de la sierra, que es el hombre a sueldo del conde de Benavente". Da cuenta "de las cabañas ganaderas que entran en los pueblos lo que pagan, las autorizaciones"... Los ganaderos detallan el compromiso, las penalizaciones por pagar con retraso. "El conde firmaba con letra poderosa" expresa Riesgo.

El profesor indica "que las cabañas procedían de diferentes áreas de la provincia, las de vacas de la parte de la Requejada y hasta los valles de Benavente, y las de ovejas de Aliste y de Tierra de Alba". Posiblemente, añade, "existiría una trashumancia ligada a los grandes señores que pasaban la invernada en Extremadura. Pero la histórica y antigua era de ciclo corto, primero de vacas y algunas yeguas, y luego comienzan a entrar las ovejas".

Subraya que "por cada cabeza de ganado que se metía en la sierra había que pagar una cantidad fija, que abultaba mucho porque los rebaños de ovejas eran de muchas cabezas, y daban una fecha límite, que era el 1 de mayo del año siguiente, y a partir de ese momento cada día de incumplimiento era una sanción de cuatro reales".

"El número de cabeza variaba de año en año pero podía haber 15.000 ovejas o más, aunque es difícil sacar promedio porque aparecen años sueltos". "Se sabe que venían portugueses, pero de éstos no he encontrado detalles. Parece ser que a los zamoranos no les gustaba mucho que vinieran" afirma Pascual Riesco.

Dice estar "impresionado por la tremenda lucha entre el monasterio de San Martín de Castañeda , el poder señorial de Benavente y la encomienda de Castrotorafe, que tenía unas cuantas villas en el límite a Galicia. Es un conflicto tremendo. El conde logró prácticamente vaciar el monasterio de San Martín, y quedaron tres monjes. El cenobio quería guardar derechos sobre los pastos, que eran inicialmente suyos por donación real, y buscando protección hizo un contrato a favor del conde que se iba a encargar de imponer pagos porque los monjes no tenían fuerza coercitiva ante los ganaderos. El conde tenía que pagar un tanto alzado anual, y también permitían una escusa, un número de cabezas de ganado". Pastores 2016 está organizado por el Ayuntamiento de San Vitero.

Hoy la arquitecta Esther Prada conferenciará sobre "Paisaje de enlace; trasterminancia, patrimonio comunal, edáfico y animal en interacción en Tierras de Zamora".