El buen tiempo y la amistad presidieron ayer la ruta de senderismo que hermanaba a los vecinos de los pueblos de Mayalde y Cabañas de Sayago en esta edición en la que participaban cerca de 200 personas. Gente joven, de mediana edad y personas de más edad se concentraban a las 9.30 de la mañana en el punto de partida, Mayalde, para marchar juntos a través de un auténtico vergel primaveral pletórico, pues las lluvias han propiciado la abundancia de vegetación en los campos. La marcha discurría por caminos de tierra recientemente arreglados y que enlazan ambas localidades, que distan cerca de 10 kilómetros atravesando dehesas como la de Villagarcía o Villardegua hasta llegar al término de Cabañas de Sayago. La ruta comenzaba por el término de Mayalde por donde marchaban los caminantes y poco después por el de Cabañas, pueblo en el que vieron recompensado su esfuerzo con la comida popular que, a base de paella y carrillera, degustaron por un precio de 12 euros.

Este año la novedad estaba en los dos tractores enramados que servían para recoger a las personas menos preparadas o aquellas otras que querían compartir experiencia "un poco a pie y otro poco en el remolque". Durante la colorista y animada marcha no faltó tampoco la música y el avituallamiento. "Es que estos de Mayalde escuchan una lata y ya se ponen a bailar", decía con sorna un caminante. Y así era, pues a ritmo de flauta y tamboril los andarines se animaban a echar un "bailao" en cualquier punto que sonara . La estrecha relación que existe entre ambos municipios se ha visto fortalecida por los numerosos casamientos que se dan entre los habitantes de estos pueblos así como por la cercanía y el intercambio de mercancías. Una confraternizacíón en la que se han implicado los respectivos ayuntamientos promoviendo y organizando una ruta de senderismo anual que sirve como sana jornada de convivencia y que se celebra normalmente al final de la primavera.