El uso ilegal de cebos envenenados es "una de las mayores amenazas para la biodiversidad". Lo certifica el informe presentado por las organizaciones naturalistas SEO/BirdLife y WWF sobre "El veneno en España (1992-2015)", un detallado estudio realizado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad que desvela 8.324 episodios de envenenamiento durante ese periodo en España, lo que ha significado la muerte de 18.503 animales, 82 de los cuales se localizan en la provincia de Zamora.

Una cifra que, en términos generales, representaría tan solo el diez por ciento de la fauna afectada ya que, según las organizaciones autoras del estudio entre el 85% y el 97% de los animales envenenados, según la especie de la que se trate, no se encuentran. Trasladado a la provincia de Zamora, el impacto de esta actividad fraudulenta estaría afectando a casi novecientos mamíferos y aves.

De acuerdo con los datos revelados por el estudio, en la provincia de Zamora los casos oficiales de muertes por envenenamiento en un periodo de veinte años afectan a cinco especies. La mayor incidencia se da en el milano real con 65 ejemplares (21 entre 1990-2004) y 44 (entre 2015), seguida del alimoche con ocho muertes registradas, repartidas a partes iguales en los dos periodos estudiados; en tercer lugar se sitúa el lobo, con 7 ejemplares muertos por envenenamiento, 4 entre 1990 y 2004, y 3 en los últimos veinte años. Y se contabiliza también un buitre negro y un buitre leonado.

En la provincia de Zamora la evolución de los dos periodos estudiados revela un significativo aumento de esta práctica ilegal, asociada principalmente "a la gestión cinegética y a la ganadería", que pasa de 30 casos oficiales en el primer periodo y aumenta a 52 en las dos últimas décadas, fundamentalmente por y significativo incremento en el milano real, que se ha doblado.

El estudio precisa que "se trata de un envenenamiento intencionado en el que el autor pretende dar muerte a una serie de animales que considera dañinos para el ganado o las especies de caza y que en muchas ocasiones termina afectando a otras especies a las que no iba dirigido". Se trata de un envenenamiento diferente al incidental, "que ocasiona la intoxicación de fauna con el uso de plaguicidas en tratamientos agrícolas y ganaderos".

En este último caso el estudio de SEO/BirdLife y WWF incide en el uso de rodenticidas contra las plagas de roedores para combatir las plagas de topillo campesino, muy especialmente en Castilla y León y por extensión en la provincia de Zamora. Un tratamiento que ha afectado a especies como el milano real -incluida en la categoría "en peligro de extinción" en el Catálogo Español de Especies Amenazadas-, al incidir en una "notable" disminución de sus poblaciones reproductoras.

Castilla y León acumula 677 ejemplares encontrados envenenados, lo que supone más de la mitad del total. Por provincias destaca en primer lugar Valladolid, seguida de Segovia y Burgos, pero también ocupan un puesto relevante Zamora, Ávila, Salamanca y Palencia.

Un caso a destacar es el lobo ibérico, con 118 casos de envenenamiento detectados a nivel nacional, la mitad prácticamente (60) se localizan en Castilla y León, 7 de los cuales aparecieron en Zamora. El informe destaca que en los meses de marzo y octubre es cuando más lobos envenenados mueren. "El primer mes podría estar ligado con las parideras de primavera, mientras que en el segundo puede existir una relación entre la paridera del ganado de otoño y las primeras incursiones de los jóvenes lobos, más proclives a atacar al ganado".

En el caso del lobo en regiones como Castilla y León "los mayores daños se han asociado a zonas de nueva aparición de la especie, en las que se ha perdido la cultura del cuidado y manejo adaptados a la presencia del gran carnívoro o también a áreas donde el ganado, ovino o vacuno, se mueve libremente en pastos de montaña o de dehesa" revela el informe sobre el veneno.

El informe revela cómo el veneno como método ilegal de eliminación de carnívoros en la gestión de la caza es la "causa principal" de los casos detectados en España, como se refleja en las 60 sentencias condenatorias entre 1995, año en el que el Código Penal lo reconoce como delito, y 2013. "En este sector el uso de cebos envenenados tiene la finalidad de dar muerte de forma indiscriminada a carnívoros que pueden consumir especies cinegéticas como la perdiz y el conejo".

De esas 60 sentencias condenatorias en el conjunto nacional por uso de veneno analizadas en el periodo 1995-2013, casi el 80% correspondía a un uso de origen cinegético, vinculado sobre todo a la gestión ilegal de la caza menor. También se ha asociado a la caza de perdiz con reclamo en algunas zonas de caza mayor, dirigido principalmente a los zorros, así como ocasionalmente a la gestión del corzo, ya que los zorros pueden depredar ocasionalmente sobre los corcinos.

En el capítulo de "Planes y estrategias contra el veneno", el estudio de las organizaciones defensoras de la naturaleza destaca la implantación de planes o estrategias en muchas comunidades autónomas. Sin embargo Castilla y León, a pesar de que haber aprobado una "Estrategia de lucha contra el veneno", "viene retrasando la aprobación del plan de acción que la desarrolla desde febrero de 2012, fecha en la que tenía que haber sido aprobada".

Para la realización del estudio se ha hecho una recopilación de todos los datos de veneno a los que han tenido acceso WWF y SEO/BirdLife desde 1992, a través de peticiones de información ambiental a numerosas administraciones y entidades.