El voluntariado ambiental desempeña un papel esencial en el mantenimiento y adecentamiento de los Parques Naturales porque gracias a su labor recobran su función o estética fuentes tradicionales, senderos y espacios que de lo contrario quedarían sumidos en el abandono. Además, son jornadas desarrolladas con un espíritu didáctico y de convivencia que repercute en sentido de la solidaridad y del disfrute de la naturaleza.

La Casa del Parque de Fermoselle ya organizó este año, el pasado 10 de abril, una actividad de voluntariado que contó con la entusiasta participación de 33 personas, pero en este caso existió la participación de trece jóvenes llegados de Boston que, tras visitar Sanabria, eligieron para conocer la zona e intercambiar impresiones con sus gentes, según explica la monitora del centro de interpretación del Convento de San Francisco, Julia Sendín.

En esta ocasión el plan propuesto consistió en realizar labores de limpieza y de acondicionamiento de un total de trece kilómetros en el sendero conocido como La Gradera, en los arribes del Tormes, una parte de cuyo trayecto está integrado en el GR-14.

Llegados de Boston

Cada participante dispuso "de la herramienta" más adecuada a su capacidad. Fue una operación que se prolongó durante toda la mañana y que estuvo condimentada con un pequeño aperitivo nutrido de productos de la zona, acompañado del vino de Arribes y los típicos periquillos.

Se hizo entrega de unas camisetas y los americanos tuvieron una oportunidad de oro de disfrutar de una jornada de labor medioambiental y de reforzamiento del aprendizaje del español. "Fue un intercambio de culturas, bailes tradicionales y de recorrido urbano" porque también se les prestó la oportunidad de conocer la villa de Fermoselle, según explica Julia Sendín. También conocieron la bodega de El Pulijón, que viene a ser uno de los grandes exponentes del mundo subterráneo y vinícola que distingue a la villa fermosellana.

El voluntariado ambiental realizó el pasado año una pluralidad de actuaciones en diferentes municipios del Parque Natural Arribes del Duero, mejorando con su labor senderos, fuentes tradicionales y entornos de molinos.

Es una tarea ejecutada por asociaciones y población local que trata de mantener dignos, visibles y utilizables en lo posibles un patrimonio que cumplió su función cuando los municipios respiraban mucha más pulsión y otros medios de vida. La memoria del Parque, presentada este año en Aldeadávila de la Ribera, dedica un apartado al trabajo del voluntariado ambiental, bajo el título "Limpieza y puesta en valor del patrimonio etnográfico de Parque Natural".

Una de las actuaciones tuvo lugar en Fermoselle, el 30 de abril y el 6 de mayo, donde se procedió a la limpieza y acondicionamiento del sendero de "La Escalá en Fermoselle", con la participación y colaboración de la Asociación de Tamborileros Juan de la Encina de Fermoselle. Tomaron parte 48 voluntarios en ambas salidas. El 11 de agosto, en Fornillos de Fermoselle, trece vecinos y personal de otros puntos participaron en trabajos de limpieza de fuentes, eliminando limos, vegetación y otras malezas, pero respetando las especies de anfibios y reptiles encontradas en estos manantiales.

También en el término de Formariz un grupo de diecisiete personas dedicaron su tiempo el pasado 18 de agosto a limpiar las fuentes tradicionales conocidas como Carva la Huz, Carva el Caño, Fontanicas y Fuente la Noria. Esta actividad comenzó con una charla participativa sobre las especies de anfibios que habitan en las fuentes y abrevaderos del Parque Natural Arribes del Duero y luego se aprestaron a la limpieza del limo superficial y retirada de la vegetación invasiva, así como recogida de basura.

Impulsado en 2012

Solo un día después, el 19 de agosto, un grupo de 17 personas procedieron a la limpieza el entorno del molino harinero del Maestro de Fariza, en el arroyo del Pisón y que forma parte de la denominada Ruta de los Molinos. Asimismo la jornada se inició con una charla participativa sobre molinos tradicionales en el espacio protegido del Duero para después llevar a cabo la limpieza y retirada de la vegetación invasiva.

El voluntariado ambiental prosiguió con su empeño en el término de Argañín, y el 27 de agosto un colectivo de doce personas se dedicó a la rehabilitación de fuentes tradicionales y a la limpieza del camino de acceso. Como en anteriores intervenciones, una charla participativa sobre las especies de anfibios que habitan en las fuentes y abrevaderos dio paso a la realización de la limpieza y de acondicionamiento.

"El trabajo en equipo, lo aprendido de anfibios y la recuperación y conocimiento del patrimonio cultural" son los aspectos más valorados por los participantes.

El Programa de Voluntariado Ambiental, según explica la Dirección del Parque en su memoria, "fue impulsado en el año 2012 desde el Servicio de Espacios Naturales". Añade que "el pasado año se desarrolló por tercer año consecutivo por la Fundación Patrimonio Natural a través de las Casas del Parque y otros equipamientos educativos de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León".