Hay un mundo rural que se pierde en lamentaciones y acepta el discurso de la resignación, que asume un final de ciclo y admite como inevitable, muchas veces con la complicidad de las propias administraciones públicas, el declive de los pueblos. Contra esa postura emerge un mundo rural vivo y en rebeldía, que huye de una "lamentación estéril" y no se sienta a esperar "salvaciones impuestas desde fuera".

Es el posicionamiento de la Pastoral Rural Misionera y el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, surgido en el seno de una iglesia implicada con los problemas. Sejas de Aliste ha sido esta vez el altavoz de esos habitantes de los pueblos que, un año más, expresan con orgullo su condición de ciudadanos de un mundo rural con muchas debilidades pero también con importantes fortalezas.

Y así lo expresaron en el encuentro celebrado la tarde del viernes bajo el lema "Contra las pobrezas en el mundo rural", entendida la pobreza "no como un valor de austeridad elegida y solidaria sino como algo impuesto, fruto de un mundo mal repartido". Fue un acto lúdico y reivindicativo, donde unas 250 personas llegadas de varias comarcas zamoranas -principalmente de Aliste- alzaron la voz porque "no queremos que se nos escuche solo en nuestras necesidades, queremos que se nos contemple también en nuestras bellezas" expresa el sacerdote Teo Nieto, portavoz del Equipo de Pastoral Rural Misionera.

Un encuentro en el que se plantearon "riquezas" y "pobrezas" del mundo rural, pero también "soluciones". Y hay una receta por la que apuestan desde este equipo integrado por sacerdotes y laicos radicados en los pueblos. Asociacionismo y cooperativismo como fuente de empleo y riqueza. "Hay que ser emprendedores y potenciar todo lo bueno que aportan los pueblos" incide Teo Nieto. Y en eso bueno el Equipo de Pastoral Rural Misionera y el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos de Zamora incluyen el "valor del paisaje", la "autoalimentación" (a través de los huertos), la conservación de las tradiciones y de un patrimonio cultural y religioso esencial, la "libertad con la que se crían los niños y niñas en las calles" o emergentes actividades productivas como la micología.

Frente a ello los habitantes de los pueblos luchas contra "pobrezas" como el consabido envejecimiento de la población, pérdida de valores culturales, emigración, éxodo de los jóvenes por falta de oportunidades. Falta de trabajo, falta de medios (sanidad, educación, Internet), disminución de los servicios sociales o, en plena oleada de robos en iglesias, "poca vigilancia".

Pero la jornada quiso abrir una puerta al futuro a través de soluciones guiadas por el asociacionismo y el cooperativismo que se pueden encauzar hacia el turismo alternativo, ayuda a domicilio o incentivar un desarrollo sostenible a través de los recursos naturales. También animando a los jóvenes a la participación e integración, el autoempleo o la defensa de los valores culturales.

El encuentro de Sejas de Aliste ha sido una vez más el altavoz de este movimiento que nació de forma muy modesta y cada año logra reunir a más habitantes del mundo rural unidos por el objetivo de mantener vivos los pueblos. "El Día del Mundo Rural es solo una pieza más en esta cadena que es el trabajo diario por crear un mundo rural vivo, abierto y solidario" expresan los promotores de este movimiento.

La jornada concluyó con una merienda de hermandad donde la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Sejas aportó su granito de arena como anfitriones.