El Plan, según informa la propia Junta de Castilla y León, modifica los órganos de asesoramiento y crea la Mesa del Lobo como un órgano de participación e intercambio de experiencias entre los sectores sociales implicados en la gestión y conservación de la especie. Entre sus miembros figurarán representantes de las consejerías competentes en medio ambiente y ganadería, representantes de las organizaciones profesionales agrarias, de las asociaciones entre cuyos fines esté la conservación de la naturaleza, de los colectivos de cazadores y de empresas de ecoturismo que realicen su actividad sobre la especie. El nuevo texto recoge la constitución de un Comité Científico formado por representantes de las universidades de la región, de los colegios profesionales relacionados con la gestión de la fauna y la ganadería, y por profesionales de reconocido prestigio sobre la especie y sobre la gestión de la ganadería extensiva. La Consejería designará un coordinador del Plan para supervisar las actuaciones e iniciativas que se lleven a cabo y para coordinar y promover la colaboración con los órganos de participación, la comunidad científica y cualquier institución dedicada a velar por la conservación y protección de los valores naturales, entre ellos, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y, si fuera necesario, el Ministerio Fiscal.