Ángeles Álvarez Álvarez nació en Molacillos, aunque a los pocos meses su familia se trasladó a Coreses, donde vivió su infancia y adolescencia hasta que decidió independizarse a sus 17 años. Desde 1995 se ha dedicado a luchar activamente contra la violencia de género y a apoyar a las víctimas del terrorismo machista. El PSOE anunció ayer que ocupará el cuarto puesto en la candidatura socialista al Congreso por Madrid en las elecciones del 26 de junio. Álvarez ya fue diputada en la X Legislatura (2011-2015), destacando como la primera parlamentaria nacional en declararse lesbiana en un acto público.

-¿Espera que ese puesto de salida se convierta en una cartera ministerial o una Secretaría de Estado si gobierna Pedro Sánchez?

-Esa cuestión pilla lejos y creo que no es de interés ni para los ciudadanos ni para mi, desde luego. El Partido Popular lleva más de cuatro años aplicando recortes brutales en servicios muy básicos y ha puesto en peligro a mucha gente. Por eso, en lo que estoy, no solo yo, sino el resto de mi partido, es en estar con la mayoría de la gente y en que la gente conozca cuáles son las soluciones que estamos tratando de aportar a sus problemas.

-Supongo que tras tantos años dedicada a la lucha feminista esperará que su escaño le permita implementar nuevas medidas contra la violencia de género.

-Reforzarlas, porque es verdad que hicimos una buena ley que está teniendo una mala implementación y tenemos identificadas algunas cuestiones que hay que corregir de manera inmediata. La primera es reponer los fondos que el PP recortó en estos años, con los recortes no han tenido pudor ni tan siquiera en un tema tan delicado como este. En las últimas 24 horas ha habido tres crímenes que colocan un dato muy preocupante, el 44% de las asesinadas habían puesto una denuncia previamente. El Estado no está siendo capaz de dar seguridad a las personas que se están dirigiendo a un juzgado o a una comisaría pidiendo ayuda. Luego tenemos otro problema de infrautilización de recursos por parte de los jueces, como los dispositivos de seguimiento a los maltratadores entre otras muchas baterías de medidas que no se utilizan y habrá que ver por qué. Los jueces no ven la necesidad de que se utilicen porque ellos parece que están observando una cosa y la realidad les desmiente. Por otro lado, el PP en cuatro años ha sido incapaz de mejorar los sistemas de previsión de riesgo policial, es increíble la desidia con la que trabajan en este tema, el ministro Alonso hace nueve meses que no hace ni una sola nota de condena ante un crimen machista, 46 asesinatos exactamente sin hacer una nota de condena, se han relajado tanto que ya no hacen ni eso.

-Creció en un pueblo, el medio rural es un ambiente que conoce bien, ¿se necesitan medidas específicas para luchar contra la violencia de género en los pueblos?

-En el medio rural la violencia de género se vive de manera más clandestina y a la vez de manera más pública. En los pueblos todo el mundo sabemos siempre qué es lo que pasa al otro lado de las paredes, y sin embargo ha calado de manera más intensa ese sistema que nos ha tratado de convencer a las mujeres que tenemos que aguantar en beneficio de la familia cosas que son inaguantables. Lo que tienen que saber las mujeres de los pueblos es que aunque tengan más dificultades siempre está el ayuntamiento para dirigirse, o la Guardia Civil que en los pueblos en materia de violencia contra las mujeres hace una labor extraordinaria. A las mujeres de los pueblos que no han tenido, por ejemplo, la posibilidad de tener trabajos asalariados, situación que complica siempre la salida de ese tipo de situaciones, tenemos que hacer llegar la información de que existen recursos que la Ley de la Violencia pone a su disposición, y ahí los ayuntamientos tendrán que mancomunar servicios. Desde luego el camino no es el que nos ha planteado el PP con una ley que lo que hace es quitarle a los ayuntamientos competencias precisamente en materia de igualdad.

-¿Qué otros temas de la agenda feminista piensan implementar en la próxima legislatura?

-Una de las cuestiones fundamentales es el empleo de las mujeres y el salario de esos empleos. Actualmente, nos encontramos con una especie de ruleta muy perversa en la que se está mandando a las mujeres de vuelta a casa, y comienzan a asumir como consecuencia del desmantelamiento de los servicios públicos muchas tareas de cuidado de las personas mayores y dependientes y eso hace que las mujeres no estén al 100% en el mercado laboral. Eso nos va a abocar al conjunto de las mujeres a unas pensiones de miseria que no nos van a garantizar ni tan siquiera la supervivencia. Necesitamos cambiar el modelo para que no nos encontremos de aquí a unos años con una masa de mujeres absolutamente empobrecida.

-También es conocida su trayectoria de activismo LGBT, un tema en el que España ha avanzado mucho, pero quedan pasos por dar, ¿no es así?

-Si nos comparamos con otros países evidentemente estamos a la vanguardia, simplemente por haber hecho una modificación muy básica que significa darle a gays y lesbianas y transexuales los mismos derechos que a cualquier otro ciudadano de este país. Pero creo que hay datos que ponen en evidencia que todavía vivimos en una sociedad que no ha integrado al 100% a las personas LGBT y tenemos que combatir eso con una ley contra los delitos de odio por un lado, y por otro recuperando aquella iniciativa de introducir en las aulas la Educación para la Ciudadanía, que no es otra cosa que educación para la convivencia.

-¿Cómo se ha avanzado en esta materia en el medio rural?

-Este país ha cambiado mucho, yo recuerdo cómo era y cómo es y hoy en los pueblos se celebran bodas con bastante naturalidad. Es un proceso en el que todo esto se está normalizando y lo va a integrar como lo han ido integrando las familias de las personas LGBT. Yo la verdad es que creo que hay que solucionar algunas cuestiones sobre todo en el ámbito educativo, pero estamos en el buen camino.

-¿Fue difícil crecer como una mujer homosexual en un pueblo de Zamora en los 70?

-Es que prácticamente no crecí como una mujer homosexual en un pueblo de Zamora porque yo me fui de mi pueblo con 17 años, pero es verdad que me fui de mi pueblo con 17 años entre otras cosas por eso. Son circunstancias distintas, cuando yo me fui a principios de los años 80 este país era otro país.

-Se marchó de la provincia siendo muy joven, ¿aún visita Zamora de vez en cuando?

-Sí, claro, en la campaña electoral anterior estuve en Zamora con los compañeros del partido. Con la diputada de Zamora (Mar Rominguera) he hablado esta misma mañana. En Zamora, con todos los ayuntamientos que gobernamos, tenemos ahora la oportunidad de demostrar a la gente que hacemos las cosas de otra manera y mantener esas Alcaldías por tiempo. Mi pueblo también tiene un alcalde socialista y me enorgullece porque Castilla y León ha sido un territorio atenazado por la derecha durante muchos años.