El día D en los cursos de deshabituación tabáquica que viene impartiendo la Asociación Española contra el Cáncer de Zamora pilló esta semana con los deberes hechos a varios fumadores que ya habían elegido la fecha en que querían desengancharse del hábito de fumar. «El Día D es la sesión en la que cada persona del grupo decide ya la fecha para desterrar el cigarro. Normalmente nosotros lo hacemos en la cuarta sesión porque quedan todavía otros tres encuentros donde se les puede ir haciendo un seguimiento más directo», explica la psicóloga de la Asociación, Lydia Sanz, quien junto al médico Julio Mata Poyo son los encargados de desarrollar estos cursos que en el caso de Villaralbo han desbordado el cupo de asistencia. «Lo ideal es entre 14 y 15 personas y aquí llegaron a venir el primer día 22», subraya Sanz, en una jornada a la que puntualmente acuden mujeres y hombres, concienciados de que el tabaco perjudica la salud y optimistas por los resultados, bien con la ayuda de fármacos o bien «a pelo».

La primera cita, en la que se mide el nivel de monóxido de carbono en el organismo, suele ser determinante para tomar conciencia del gran problema de salud derivado de la falta de oxígeno que limita el día a día por la fatiga que acarrea. Todos los fumadores con unos altos porcentajes de monóxido de carbono se suelen ver reconfortados cuando concluyen las siete sesiones y al volver a medir con el cooxímetro la presencia de monóxido de carbono alcanzan en muchos casos la cifra del cero. «Nos ha pasado por ejemplo en Alcañices, donde todo el grupo estaba limpio. A partir de ahí es necesaria la fuerza de voluntad, hábitos saludables y huir esas tentaciones en las que el grupo de amigos sale a la calle a fumar cuando se va de vinos o de copas». La familia puede ser también un puntal importante para colaborar en la deshabituación.

Durante las siete sesiones los técnicos trabajan con power point, vídeos, estadísticas y temas de salud, además de dar recomendaciones, ya que es cierto que cuando falta el cigarro se produce por ejemplo una ganancia de peso u otros efectos como el estreñimiento. «En ambos casos se ha demostrado que es así, pero lo que no aconsejamos en ningún momento es hacer dieta mientras se está desenganchando uno del vicio», explica el doctor del taller.

Los jóvenes son los que menos acuden a estos cursos, si bien es cierto que los últimos estudios apuntan a que cada año es menor la tendencia de este colectivo hacia el tabaco. En el caso de Villaralbo, con un abanico de edad de entre 30 y 60 años los ya casi exfumadores deberán acudir a las tres sesiones que les quedan pendientes y a partir de aquí por parte de la Asociación Española contra el Cáncer se realiza un seguimiento al mes, los tres, seis meses y al año de haber dejado el tabaco. Aunque el curso es efectivo son muchos los participantes que, al cabo del tiempo, acaban recayendo en el tabaquismo, según los datos estadísticos recogidos por la AECC tras haber impartido cursos de este tipo.