Los descendientes del desaparecido pueblo de Argusino, demolido en septiembre de 1967 y posteriormente cubiertas sus ruinas por las aguas del embalse de Almendra, celebraron ayer la romería del reencuentro con emoción y sensaciones entrañables por cuanto que se saludan personas dispersas por los pueblos de la provincia y otros puntos del país que se resisten a perder sus orígenes.

Lo hacen en la ermita de Santa Cruz, ayer casi lamida por las aguas de un embalse que roza el llenado. Y lo hacían con un sentimiento de alegría y nostalgia a la vez, y con la firmeza de mantener viva la raigambre de siempre.