Dos ataques de lobo en cinco días. Ha ocurrido en la explotación de Germán Porris. Tras la lobada del pasado 20 de abril, con dos ovejas muertas y tres heridas (una de ellas ha terminado por morir también), en la madrugada de ayer el lobo volvía a "visitar" el rebaño con un saldo de seis ovejas muertas, cuatro malheridas y tres "tocadas".

Aunque de un primer vistazo los ganaderos encontraron tres cadáveres, los buitres se encargaron de rematar la faena terminando por devorar también otras tres ovejas que estaban heridas de muerte por el lobo.

Todo ocurrió hacia las cinco de la madrugada cuando un vecino de Gáname escuchó a las ovejas pasar por su puerta, "salió a la calle, vio que eran las nuestras y en seguida vino a avisarnos" cuenta Germán Porris mientras separa en la nave junto a su hijo Jonatan los animales heridos. Cuando esta familia no se había repuesto del susto del pasado miércoles, ayer se repetía la historia. De nada ha servido cambiar el ganado de zona porque el lobo ha atacado igual.

"Después del primer ataque hemos tenido encerrados a los animales y ayer (por el sábado) ya decidimos dejarlos en una finca a cuatro kilómetros de donde ocurrió la lobada, pero ha dado igual. Esto es desesperante" expresa el ganadero sayagués.

La preocupación es latente entre los productores de la zona una vez que se confirma que el lobo sigue merodeando por la zona días después de que la Junta abatiera un ejemplar. "El problema sigue y la preocupación que tenemos los ganaderos es que no podemos dejar a las ovejas ni un momento solas, ni de día ni de noche porque (el lobo) se te puede presentar en cualquier momento. Es que ya no sabemos ni que hacer con el ganado" se lamente Germán Porris.

De momento las ovejas volverán a estar encerradas, "salvo los ratos que podamos sacarlas nosotros y estar con ellas en el campo, pero si no hay gente suficiente que las pueda atender, andaremos bastante en pena tanto las ovejas como nosotros".

Porris y otros ganaderos de la zona admiten abiertamente que "últimamente no hay quien duerma" e inciden en que "más que las indemnizaciones que podamos recibir, la principal preocupación es que no puedes dejar el ganado ni un minuto".

En el ambiente del sector aún resuenan las recientes manifestaciones del alpinista César Pérez de Tudela a este diario, que acusó a los ganaderos de haberse hecho "muy cómodos" y "no cuidar del ganado". Domingo Herrero, ganadero de Gáname y miembro de Abaduero (Asociación Bajo Duero que reúne a productores zamoranos y salmantinos que han hecho causa común para pedir la zona libre de lobos), responde a Pérez de Tudela que, lejos de esa comodidad "los ganaderos pasan todo el día pendientes de cuidar sus ganados de la mejor forma posible y con todos los medios a su alcance, pero esto no basta cuando viene el lobo y ataca de la manera que lo está haciendo, a cualquier hora del día y metiéndose prácticamente en los pueblos".

Herrero dice estar de acuerdo con que todo ser vivo tiene derecho a vivir, pero "¿y las ovejas?", para concluir que la situación que se está viviendo en la comarca de Sayago "hace que la cabaña ganadera se sienta indefensa antes los ataques del lobo".

Por otro lado la Alianza UPA-Coag ha convocado una manifestación en Zamora el próximo 29 de abril para reclamar medidas de control de lobo y en defensa de la cabaña ganadera.