Los constantes ataques de los lobos a las explotaciones ganaderas zamorano-salmantinas existentes al sur del Duero ha llevado a los afectados a reclamar la restauración de antiguas batidas populares que antaño practicaron los pueblos lupinarios para hacer frente de forma contundente al gran predador. Aseguran que el cánido pone en peligro y es incompatible con la gestión de ganado en extensivo.

En estos momentos se están recogiendo firmas para entregar al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, "un plan de actuación" que dé solución al problema".

Como medidas "urgentes" proponen que "ante la constancia de un ataque y de forma inmediata se cambie el modo de espera (aguardo), que no funciona, por el de búsqueda y localización en forma de ganchos por personal de la Junta de Castilla y León y ganaderos-cazadores autorizados". Añaden que, "en caso de que esta medida no palie el problema, pasar a la batida, que sería más contundente, en la que estarían dispuestos a colaborar los ganaderos necesarios".

Recuerdan los ganaderos que "en una de las reuniones mantenidas para realizar tales medidas se ofreció un listado de ganaderos-cazadores, acreditados como tiradores y conocedores del terreno, de los pasos y veredas de la fauna silvestre".

Debido al descontento por parte de alcaldes y ganaderos afectados, los responsables municipales firmantes piden "el cese inmediato del cargo de Raquel Romero, técnico del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Salamanca, "por desinterés manifiesto y bloqueo continuo de las propuestas ganaderas". "Pedimos su retirada a otro puesto porque nos insta a suscribir un seguro, a tener que convivir con el lobo...", en palabras de un representante de Abaduero. No es el caso en el Servicio de Medio Ambiente de Zamora.

A medio plazo, piden "que se ejecuten e intensifiquen las medidas de control poblacional al norte del río Duero". También instar al Gobierno portugués "a tomar medidas de control en las zonas limítrofes y la adecuación de las normas legales que regulan la lobo para declarar la ganadería extensiva incompatible con este depredador, garantizando zonas libres de lobo".

En el escrito redactado para la firma de regidores y ganaderos ponen de manifiesto que "la no adopción de medidas eficaces supondría dañar el tejido económico de estas comarcas deprimidas, que se basa fundamentalmente en la agricultura y ganadería, con la consiguiente despoblación de nuestros pueblos". Asimismo señalan que deben tenerse en cuenta "los efectos negativos que se producirían en el medio ambiente al no contar con las labores de limpieza que realizan los animales en el campo". Indican, además, que "cuando la cabaña ganadera se gestiona en extensivo no es posible un equilibrio entre depredadores y ganado extensivo porque este tipo de ganado está totalmente indefenso ante depredadores como lobos". Subrayan que "en la misma indefensión están los ganaderos que son las víctimas de una situación de la que no son responsables". Los ganaderos afectados ponen de relieve que "el lobo es un animal depredador cuyos ataques producen graves daños en las expotaciones ganaderas dado que atacan de una forma indiscriminada".

Resaltan que "desde principios de año el número de animales muertos, entre ovino, vacuno y porcino, se acerca a los doscientos y a cuatrocientos los heridos". Hacen referencia, además, "a los daños colaterales como abortos, retraso en el celo, rotura de vallados y gastos veterinarios". "Están produciendo ataques a un media de tres o cuatro por semana" indican en el escrito, y reiteran que "con la carga ganadera de la zona afectada, que se sitúa en 1 unidad de ganado mayor por 1,5 hectáreas, y con prevalencia de la explotación de ganadería extensivo es muy difícil que el depredador, en su tránsito cotidiano, no tope con animales".

Ponen de manifiesto los afectados que "durante todo el año 2015 se abatieron en las zonas afectadas dos ejemplares. Se refieren a los datos de la Junta de Castilla y León para apuntan que "hay dos manadas y, suponiendo que cada manada tenga como mínimo una hembra, según el ciclo reproductor, estaríamos hablando de doce ejemplares cada año como mínimo, lo que supone un aumento exponencial". En base a estos números, consideran que "una batida de dos lobos por año no frenará la fuerte expansión del depredador, siendo esta medida ineficiente".

También aluden a que "se han mantenido varias reuniones con la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, en Valladolid, una con alcaldes y dos con organizaciones agrarias y la Asociación Bajo Duero, donde se ha mostrado buena predisposición pero a la fecha actual no se ha plasmado en ninguna medida efectiva, por lo que el predador sigue produciendo graves daños".

Subrayan que "esta grave situación no solo afecta a los ganaderos sino también a todo el medio rural, dado que son zonas ganaderas (la mayor cabaña ganadera de España) y la fijación de población está muy vinculada a la viabilidad en el ámbito ganadero". En estos momentos, han hallado un gran respaldo en la zona salmantina "con los dos diputados apoyando la posición de los ganaderos", en tanto que en la vertiente sayaguesa el apoyo está siendo más moderado. "No es una cuestión de color político" expresa José Luis Martín.