La cigüeña blanca convive en los medios urbanos y rurales como un habitante más, pero no siempre en viviendas con la seguridad garantizada o exenta de peligro o riesgo, de ahí que la retirada de nidos esté entre las prácticas estiladas, especialmente en edificios superpoblados, con nidos sobrepesados por la carga de materiales o instalados en puntos más que comprometidos o perjudiciales. Sin embargo, algunas retiradas resultan contraproducentes para la propia especie por realizarse en momentos más que inoportunos o por ser un mal remedio.

El biólogo José Ignacio Regueras ha solicitado al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) que investigue las retiradas de nidos de cigüeñas realizadas en la provincia de Zamora y que "evite posibles nuevas actuaciones en un periodo de cría, así como molestias a las aves en estos meses críticos".

Fundamenta sus motivaciones en que "la cigüeña blanca es una especie protegida a nivel nacional e europeo, en la protección de sus nidos, huevos y pollos, en que la retirada de nidos está prohibida, salvo autorización excepcional de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en que solo puede realizarse fuera del periodo de cría, y éste es entre enero y julio". La Sociedad Española de Ornitología Seo/BirdLife "ha pedido a sus socios que frente esta situación". Regueras señala que "parece que hay muchas situaciones excepcionales y es algo que sorprende y alarma".

El zamorano Pedro Conde, comprometido con el mundo y la gestión de las cigüeñas desde la década de 1990, cifra el número de parejas de cigüeña en la provincia de Zamora "en 1581, y en 12.000 en el conjunto de la comunidad castellano-leonesa", conforme a los datos reflejados en el último censo realizado en el año 2004. Considera que "la población de mantienen estabilizada desde hace cinco años, al no darse una explosión o crecimiento como el registrado entre 1994-2004, que fue del 125%".

Afirma que "el nivel de productividad viene a ser el mismo, con dos o tres pollos por año en cada nido, pero se da un alto nivel de muerte de cigoñinos". Como causa apunta "la influencia de las lluvias en los meses de abril y mayo, y la inexperiencia y los problemas para encontrar comida". Precisa Conde que "cuando llega el invierno mueren muchos por la falta de hábito de buscar comida".

La compañía eléctrica Iberdrola lleva desde hace lustros un seguimiento específico sobre esta especie y, así como en un tiempo optó por limpiar de nidos algunos tramos eléctricos aprovechando la migración de las aves, ha llegado a la convicción, según manifiesta Pedro Conde, de que "es mejor no tirarlos porque las aves volvían a construirlo en el mismo sitio y aumentaban los cortes del suministro porque llevaban más palos y provocaban más incidencias y averías".

Los temporales de agua y nieve también afectan a los grandes nidos de cigüeñas, que pueden derrengarse en buena parte, como es el caso del existente en la torreta de la iglesia de Torregamones.

El desmantelamiento de nidos de cigüeña, según los especialistas, debe obedecer a razones de peso y con la autorización. Es de resaltar que estas notables estructuras son, asimismo, el refugio o hábitat de otras aves menores, como los gorriones, que gusta de residir al abrigo que ofrece la mullida conformada por las cigüeñas año tras año. No es una construcción fácil, y son muchas las aves a las que no queda otro remedio que posar sobre lugares desnudos y en la soledad.