Trece ovejas muertas y otra ristra de dieciséis heridas, “que terminarán por morir un día u otro porque están agorjadas” es el saldo del ataque de lobos perpetrado a la ganadería de Ángel de la Iglesia, con la explotación en Sobradillo de Sayago. La lobada tuvo lugar en la noche del domingo al lunes en un rebaño de unas 750 cabezas de ganado de ovino, de raza castellana.

El ganado pernoctaba en una finca cercada, de unas doce hectáreas y situada a 1,5 kilómetros aproximadamente. Coincidió, además que el rebaño no contaba con la vigilancia de ningún mastín porque, de los tres que contaba el ganadero, dos han muerto -uno atropellado por un camión- y la perra mastina estaba resguardada en la nave porque ha parido está de cría.

La guardería forestal certificó que son lobos los predadores de esta matanza, la primera que sufre el ganadero de Sobradillo. Ángel de la Iglesia señala que la propia patrulla del lobo le ha asegurado de la existencia de una población de lobos en la zona que recorre los pagos de Peñausende, Almeida, Carbellino, Sobradillo. Aunque lleva tres meses intentando eliminar algún ejemplar, de momento, la operación de descaste está resultando baldía.

Para De la Iglesia "la solución es que desaparezca el lobo de la zona”. Sostienen que no hay otra opción que la Junta de Castilla y León, si quiere lobos, que los cuide o los guarde en el Centro del Lobo de Robledo. Afirma que cobrará algo de dinero porque tiene el seguro del lobo, pero subraya que las pérdidas posiblemente vayan más allá de las muertas porque el ganado se hallaba desperdigado con algunos animales fuera de la cerca. Estaba el ganado alteradísimo afirma. A resultas del ataque teme que algunas ovejas pierdan las crías.