El Juzgado de Primera Instancias de Puebla de Sanabria ha celebrado el juicio declarativo sobre la propiedad de cuatro fincas situadas en el término de Otero de Sanabria, que los vecinos reclaman como Montes Vecinales en Mano Común frente al Ayuntamiento de Palacios.

La comunidad vecinal reivindica la propiedad de las fincas de La Solvera, Las Llamas, Valderrica y Piedro y Tres Balles. El Ayuntamiento de Palacios de Sanabria presentó oposición al reconocimiento alegando que esas fincas no están declaradas como Montes Vecinales en Mano común por parte del Jurado Provincial de Montes en Mano Común.

La documentación aportada por los vecinos es de peso con las inscripciones que figuran en el Registro de la Propiedad de Puebla de Sanabria, en el tomo 21 libro primero de 1867 y el registro de posesión de agosto de 1958, que establece que la propiedad es de la comunidad de vecinos.

Un certificado firmado por el entonces secretario del Ayuntamiento y el alcalde, Domingo Méndez, puntualiza que aunque estas fincas de Otero de Sanabria figuran en el inventario municipal pertenecen y son gestionadas por la comunidad de vecinos por la compra de bienes desamortizadas. Se aporta la relación de propietarios que compraron y que han pasado a sus herederos. La representante de la comunidad vecinal señaló que consta el pago de impuestos por parte de la comunidad de vecinos hasta los años 90.

El testimonio del concejal del grupo popular y alcalde pedáneo de Otero, Antonio Prada García, testifico para afirmar que no le consta la toma de acuerdo plenario para oponerse a la demanda vecinal porque asiste en contadas ocasiones a los plenos y porque no recibe todas las actas con los acuerdos adoptados.

Un segundo punto de su declaración ratificó los dos aprovechamientos principales de los terrenos, como son la obtención de leña por parte de los vecinos censados y residentes, y el aprovechamiento ininterrumpido de pastos que se ha mantenido hasta la actualidad.

El concejal es el propietario de una explotación ganadera radicada en el término de Otero, donde el rebaño de ovejas mantiene el aprovechamiento de pastos en las fincas comunes del término.