El entierro de la sardina puso ayer punto final a los festejos de los carnavales en aquellos pueblos de la provincia que siguen fieles y con población suficiente para mantener vivas las tradiciones. Quienes cumplieron el rito del entierro lo hicieron con el rigor y devoción exigido.

La villa de Puebla de Sanabria desfiló por la calle en una atmósfera de profundo ambiente necrológico para dar el último adiós a una sardina que congregó a gran parte de seguidores.

También Alcañices cerró los carnavales con el tradicional entierro de la sardina en una marcha sentimental y jocosa.

Por otro lado la Asociación Deportiva y Cultural Muga de Alba ha organizado un desfile de carnaval por la principales calles del pueblo en las que se pudieron ver tanto a mayores como a pequeños disfrazados con llamativas vestimentas. Una vez finalizado el desfile todos los participantes pudieron degustar un caliente chocolate con bizcochos en las antiguas escuelas y así poder soportar el frío de la tarde.