La Reserva Regional de Caza de La Culebra es hoy un territorio afamado por la población de ciervo y lobo, especialmente, y por la enseña que han logrado adquirir ambas especies a lo largo de más de cuarenta años de atención especial por parte del Estado, primero, y de la Junta de Castilla y León después.

Es una de la trece reservas de caza creadas en España por la Ley de marzo de 1973 cuyo objetivo esencial era proteger y conservar, con fines cinegéticos, especies venidas a menos. En la motivación de la puesta en marcha de estos espacios protegidos también estaba un logro encomiable: "contribuir a promover la máxima satisfacción social, económica y recreativa que la Naturaleza y los seres que la pueblan puedan proporcionar a una comunidad".

Fue necesario entonces repoblar con ejemplares recogidos en otros feudos, en el caso del ciervos (el gamo no prosperó), y realizar una labor de exposición y zapa a la vez para mantener el lobo. Los años de cuidado han dado como resultado unos ejemplares que se han desarrollado superiores en cuerpo y fuste a los de la cepa de origen y a un censo actual que se mantiene en unos 1.200 ejemplares, según fuentes de la propia Junta. Esta trabajada herencia es hoy una fuente de riqueza que despierta la pasión de gestores y pueblos.