El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunció ayer que la Junta de Castilla y León ha ordenado abatir cuatro lobos, dos ejemplares en Ávila y otros tantos en Salamanca, provincias en las que se han registrado los últimos ataques a la cabaña ganadera. Además, avanzó que trabaja en un nuevo modelo de seguros que cubrirán los daños y que permitirán a los afectados recibir una indemnización "justa" de forma más ágil.

Suárez-Quiñones hizo estas declaraciones en un receso de la reunión que mantuvo en la sede de su departamento en Valladolid con responsables de las organizaciones agrarias Asaja, UCCL (Unión de Campesinos de Castilla y León) y de la Alianza por la Unidad del Campo, que integran UPA y Coag. El titular de Fomento, que ya había avanzado algunas medidas en su comparecencia posterior al Consejo de Gobierno, reiteró el compromiso "total y sin paliativos" de la Junta para resolver la situación generada por los sucesivos ataques de lobos.

En ese sentido, el consejero explicó que han ordenado actuaciones de control de la población del lobo en las provincias de Ávila y Salamanca, al sur del Duero, donde la especie tiene la consideración de "protegida" y no es cinegética. Suárez-Quiñones aseguró que el objetivo es tratar de acabar con los "excesos" de este animal para posteriormente evaluar los efectos de esta medida, que insistió pretende recuperar el "equilibrio" ya que tacho de "intolerables" los daños que están causando a los ganaderos. Por ello, sostuvo que si es necesario se ordenarán el control de más "unidades".

Asimismo, el responsable de política ambiental de la Junta avanzó también que su departamento arbitrará un modelo que permita la participación de los ganaderos, cazadores y gentes de estas zonas en las abatidas y campañas de control del lobo, aunque remarcó siempre garantizando el cumplimiento "estricto" de la normativa. De esta forma, aseguró podrán acompañar a los agentes de Medio Ambiente, unas patrullas que se reforzarán, según indicó, para mejorar su especialización.

Suárez-Quiñones expuso que cazar un lobo es una "tarea difícil" como a su juicio lo demuestra que se tardara tres meses en abatir un ejemplar, cuya orden se emitió en octubre y no se pudo ejecutar hasta enero. De esta forma, aseguró se mejorará la eficiencia de las medidas de control de este cánido. También, el consejero señaló que la Junta trabaja en un nuevo modelo de seguros que se licitará con el objetivo de que la presentación de la documentación permita que las aseguradoras abonen en 15 días la indemnización en una cuantía "justa", de acuerdo al "daño emergente" y al "lucro cesante".

El consejero aseguró que a esta reunión le seguirán otras para abordar el Plan de Gestión del Lobo, ya que señaló la Junta pretende que la conservación de este animal y la ganadería extensiva sean compatibles. El coordinador autonómico de UCCL, Jesús Manuel Palacín, aseguró que la situación actual es consecuencia de la "mala gestión" realizada durante los últimos años y exigió una modificación de este plan.

Palacín como el coordinador de la Alianza, Aurelio Pérez, saludaron el "cambio de actitud" del consejero de Fomento y aseguraron que las medidas anunciadas van por el "buen camino". El representante de UPA y Coag insistió en que la Junta debe actuar más ya que insistió en que "la especie protegida son los ganaderos" y remarcó que no consentirán que el lobo "eche a los ganaderos". En su opinión, se debe restringir su presencia a zonas en las que no ocasionen daños.

Aurelio Pérez y Jesús Manuel Palacín aseguraron que los ganaderos necesitan recibir indemnizaciones "justas" y de forma rápida para compensar los daños que le ha provocado el lobo. El representante de UPA y Coag señaló que este animal considerado especie cinegética al norte también está generando pérdidas a los ganaderos, que aseguró no se atreven a denunciar a los cotos de caza.

Palacín además aseguró que demandarán al nuevo gobierno que forme un frente con las comunidades autónomas para lograr que la Unión Europea retire la consideración de especie protegida al lobo al sur del Duero, ya que recalcó existen unos 2.000 ejemplares en la Comunidad. Por último, el ganadero de Bañobárez (Salamanca) Salustiano García denunció que el pasado año perdió 66 ovejas por ataques de lobos y pidió que la escopeta se convierta en "herramienta de trabajo" en el campo para controlar la población de este animal.