Valer nació como pueblo en la margen derecha del río Frío en la manzana de la calle La Guilera. Ermita e iglesia estaban en la otra margen, la izquierda, con lo cual en época de crecidas los feligreses no podían acudir a misa o a enterrar sus muertos, el cementerio se hallaba en el templo. Manuel Cid y Monroy, visitador del Arzobispado de Compostela ordenó en 1777 ante el alcalde Manuel Francisco Calvo derribar la ermita y trasladarla al lado contrario del río, "demoliéndose la ermita con aprovechamiento de sus materiales se traslade y erija en esta parte del río donde mora la mayor parte de la porción de parroquianos".