El rebosamiento de los ríos y cauces fluviales de las cuencas del Tera, Negro, Castrón y Aliste provocaron ayer los mayores inundaciones y desbordamientos y fueron los que sembraron temor y cierta preocupación social al invadir carreteras, saltar puentes y adentrarse en las calles, plazas y fincas de diferentes pueblos, además de otras amenazas. Pero el agua también fue protagonista en otras comarcas de la provincia de Zamora al colmar regatos y riberas que han permanecido hasta ahora resecas o medio desaparecidas, tanto en La Guareña, como Campos-Pan, como en Sayago.

La Confederación Hidrográfica del Duero advierte, además, que en las próximas horas la situación se puede agravar en estas y otras zonas de las cuenca dado que las previsiones meteorológicas para las próximas 12-24 horas, diagnostican una intensificación de las precipitaciones, y aconseja que deben tomarse las precauciones necesarias en las poblaciones ribereñas, con objeto de evitar los posibles daños que pudieran ocasionarse. Por es emotivo las autoridades mantienen la situación de alerta amarilla para la jornada de hoy en la provincia, además se esperan vientos con rachas de hasta 90 kilómetros por hora.

No obstante, la situación de los embalses de la provincia de Zamora se muestran todavía receptores a las avenidas, como es el caso del Esla, al 62,3 por ciento de su capacidad en el día de ayer.

Aliste, la zona más perjudicada

La comarca de Aliste vivió ayer una jornada dominical en máxima alerta ante el fuerte temporal de viento y lluvia que ha desbordado la mayoría de los ríos de la Raya (Aliste, Frío, Cebal, Mena, Manzanas y Palomillo), metiéndose el agua en las calles, casas, corrales y huertas e inundado varias carreteras que han tenido que ser cerradas al tráfico para garantizar la seguridad vial. En particular, el Aliste y el Frío causaron auténticos estragos en los pueblos por donde pasan, más allí donde cruza por dentro de los cascos urbanos.

La carretera ZA-P-1405 de Zamora a Mahíde fue la más afectada. Hacia las 9.30 de la mañana las aguas del río Aliste saltaban por encima del puente de La Era de Domez de Alba y la Guardia Civil de Alcañices lo cerraba al tráfico. En algunos momentos de la mañana la avalancha de agua ha saltado, según la alcaldesa de Gallegos del Río, Consuelo Gabella, hasta 50 centímetros sobre la capa de rodadura, saltando incluso por encima de las vallas de ondas. Se teme que dada la turbulencia arrastre las barandillas e incluso la capa de aglomerado. En Gallegos, en el pago de Valcuevo se produjeron desprendimientos de rocas y en Manzanera el Valdecarros inundó toda la calzada, obligando a reducir la velocidad a 40 kilómetros por hora.

La carretera a Mahíde está cortada en al menos ocho puntos, ya que se cruza con el río Aliste en varios puntos, como en San Vicente de la Cabeza o Palazuelo de las Cuevas. En esta primera localidad el Aliste ha inundado todo el centro urbano, el campo de fútbol, el parque infantil e incluso la planta baja de la Casa Consistorial, así como algunas viviendas cercanas dejando aislados a los vecinos en su interior.

El río Frío se ha desbordado a su paso por la localidad de Valer de Aliste, saltando a las calles adyacentes. Arroyos más pequeños de la comarca alistana también han desbordado su cauce anegando calles y plazas de diferentes localidades, como ha sucedido en la Plaza Mayor de Sejas de Aliste, en varias vías de Alcañices con el río Angueira, en el parque de Tolilla con el río Mena o en la ribera Alta de Trabazos. El río Manzanas, por su parte, ha anegado por completo la zona recreativa de La Chanera en Nuez de Aliste.

La presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín Pozo, visitó ayer Domez de Alba, Gallegos del Río, Flores y Moveros. Hoy volverá a la zona acompañada de un ingeniero y un arquitecto de la institución provincial para, «en caso de haber bajado las aguas, evaluar los daños causados por las inundaciones con el objetivo de tomar medidas las medidas oportunas», explicó.

Autoridades y vecinos mostraban ayer un profundo malestar hacia la Confederación Hidrográfica del Duero pidiendo que limpie los cauces de los ríos de maleza o de permiso para hacerlo.

La estación meteorológica de Alcañices ubicada en el paraje María Pinta y atendida por Tomás Castaño, registró un total de 74 litros de precipitaciones por metro cuadrado a lo largo del domingo. Afirman los alistanos que «no suele ser enero un mes muy lluvioso», pero en los diez primeros días del año han caído 236 litros y la tierra ya no traga ni una gota, con lo cual toda el agua que cae va a los ríos y arroyos. Con el año recién comenzado ya se han superado con creces los 236 litros caídos en enero de 2014 o los 161 de 2003, los meses de enero más lluviosos del siglo XXI.

La cuenca del Valderaduey inunda pueblos de Campos y Pan

En Tierra de Campos y en La Lampreana la lluvia también ha provocado el desbordamiento de varios arroyos, amenazando a varios pueblos, como Cerecinos de Campos, cuyas calles más céntricas están inundadas desde hace varios días por el arroyo de la Vega. El agua seguía subiendo ayer hasta entrar en algunas naves ganaderas de esta localidad, cuyos dueños trataban de contener la riada colocando barreras de paquetones en las puertas. El regato, afluente del Valderaduey, también ha anegado varias hectáreas de cultivo en este término municipal, formando lagunas al otro lado de la autovía A-6, que está sirviendo de «barrera» entre estos campos y el casco urbano de Cerecinos, explica su alcalde, Andrés Alonso.

En el tramo bajo del río Valderaduey ayer por la tarde todavía corría el agua con normalidad, pero en los pueblos de la zona temen que el agua que traen arroyos como el de Cerecinos o el Salado terminen por desbordarlo hoy. De hecho, el río Salado ya invadía ayer algunas calles de Torres del Carrizal y tierras en Molacillos, aunque sin saltar la carretera que da acceso a este pueblo. Los bomberos de Zamora se desplazaron a Monfarracinos para despejar un canal bajo la carretera de Villalpando que estaba taponado y provocaba la acumulación del agua, que ya se acercaba al casco urbano.

Los alcaldes de la zona solicitan a la Confederación Hidrográfica del Duero que despeje de maleza los cauces de esta cuenca, tanto en el Valderaduey como en el Salado y los demás afluentes, para despejar los puentes y evitar estas inundaciones, dejando que el agua fluya.

Las calles de Granja de Moreruela también se convirtieron durante todo el día de ayer en una escorrentía de agua marrón que bajaba a gran velocidad hacia el río Esla. El camino que une la localidad con el afamado monasterio cistercense quedó totalmente anegado.

En la Tierra del Pan localidades como Andavías, Cubillos o Moreruela de los Infanzones, entre otras, también veían como el agua avanzaba por varias de sus calles, mientras que en La Hiniesta el arroyo Valdeurcos bajaba con gran fuerza hacia Valderrey, que se desbordaba en el bosque de Valorio, ya en la capital. La carretera que une Malva con Aspariegos estuvo cortada durante toda la mañana por el arroyo Boga, que se desbordó y también amenazó algunas casas de esta última localidad.

Las riberas de Sayago se desbordan

La comarca de Sayago no fue ajena y la jornada de ayer llenó las riberas, los regatos y las charcas «como no se veía desde hace años». Algunas poblaciones y usuarios vieron con sus propios ojos la fuerza del agua cuando se desmadra de sus cauces y no repara en carreteras, huertas o alcantarillados. Los bomberos y efectivos de la Guardia Civil intervinieron en algunos escenarios, como Fariza, para tratar de resolver situaciones y estados complicados. Pero el agua lo inundaba todo. Las habitantes salieron ayer de sus casas para observar las crecidas y cómo desaparecían los puentes, muchos tradicionales, o las fincas de las inmediaciones. También las calles de algunos pueblos se convirtieron en imprevisibles cauces y las aguas llegaron a cegar las canalizaciones impidiendo así la correcta circulación por las tuberías de saneamiento. Lo que no estaba inundado estaba anegado, de forma que pocos se aprestaron en la jornada de ayer a salir más allá de sus calles o de sus pueblos para adentrarse en campo alguno.

Socavones en la carretera de Morales del Vino a Arcenillas

En la Tierra del Vino, la carretera secundaria que enlaza Morales del Vino con Arcenillas y que, a su vez, da acceso a los pueblos de El Piñero o Moraleja entre otros, ha quedado provisionalmente cortada al tránsito de vehículos por los hundimientos del firme causados por las intensas lluvias caídas durante el fin de semana. Socavones que han aparecido tanto en la calzada como en los márgenes de la misma y que suponen un riesgo para los automovilistas.

Era ayer a primera hora de la mañana cuando el consistorio moralino decidía cortar la circulación en un tramo de poco más de un kilómetro de carretera entre el casco rubano y el viaducto por el que se accede a las vías secundarias hacia Pontejos, Morales del Vino y Arcenillas. La decisión fue puesta en conocimiento de la Guardia Civil, que se acercó a la zona para tomar nota de la situación y apoyar las medidas de precaución y señalización correspondientes, ya que el riesgo se multiplicaba para los automovilistas, que desconocían el estado de la vía.

El Ayuntamiento ha decidido cortar también el camino de Pontejos, debido a que la intensa lluvia caída ha anegado completamente esta vía sin asfaltar que da acceso a algunas zonas de chalés del pueblo y al anejo de Morales del Vino. Las inundaciones no son algo ajeno para los vecinos de Morales, ya que el agua abunda en su subsuelo, lo que motiva que cuando las precipitaciones se suceden durante muchos días el suelo no admita más líquido y este permanezca sobre la superficie.

En la comarca sanabresa, son los ríos Truchas y Requejo los que han desbordado su cauce, mientras que el Lago de Sanabria continúa ganando terreno a los campos colindantes. Mientras se producen las riadas, Iberdrola aprovecha para llenar sus embalses, como Ricobayo o Almendra.

Información elaborada por Ch. Sebastián, A. Saavedra, S. Ramos; B. Fernández, A. Bermúdez y J. A. García.