Las armas tronaron y relampaguearon en los montes de Peñausende y Soguino como los rayos en una tormenta de gran aparato eléctrico. Solo así se entiende que la montería escampara con una tendalera de 76 jabalíes expuestos en la junta de carnes y entre una docena y una quincena de marranos salieran del serio aprieto heridos y sin ser cobrados.

Fueron disparados más de cuatrocientos tiros, que dan fe de la atmósfera que reinó el pasado sábado en una actuación montera que también estuvo marcada por el agua, que sin embargo no impidió el desarrollo de una montería que destaca sobre el resto de las organizadas, en abierto, en el conjunto de la comunidad castellano-leonesa.

La organización de la montería corrió a cargo del grupo Hunters Duero, que preside Alfredo García "Hunters", que destaca la importancia de una montería que lleva años ofreciendo unos resultados envidiables y no equiparables con los logros de otras cacerías al jabalí desarrolladas por el suelo patrio, en escenarios libres.

Fueron batidas un total de 1.500 hectáreas de terreno y las armadas instaladas para dar corte a la fuga de los verracos y dar gusto al gatillo estuvieron compuestas por casi un centenar de cazadores procedentes de muy diferentes puntos de la geografía española. La ajetreada jornada monterá culminó con una fuerte comida en el restaurante La Becera, de Peñausende.