El Lago de Sanabria mostraba ayer una de sus caras más típicas del invierno, con las aguas colmando el cuenco y las olas surcando furiosamente la superficie, azotando las rocas y apoderándose de las zonas de baño y las playas. El fuerte viento reinante favorecía el oleaje y un aspecto cuasimarino del Lago.

Las aportaciones de agua derivadas de las precipitaciones han elevado el nivel del Lago hasta unas cotas llamativas, así como han dejado una visión de arrastres de materiales que dan fe de que también este escenario acoge toda suerte de materiales.

La alerta meteorológica por vientos y lluvia sigue presente. La nieve también puede caer en la zona de Sanabria, con una acumulación de ocho centímetros por encima de los 1.200 metros, y rachas máximas de viento de 80 kilómetros por hora en Sanabria y la Meseta zamorana.