La localidad de Sarracín de Aliste vivió el inicio del Año Nuevo con una de las mascaradas más extensas de la provincia de Zamora, fue la primera en salir, a primeras horas de la mañana, y la última en terminar, ya con la anochecida. Fieles a su cita "Los Diablos" salieron a la calle para cumplir con la ancestral tradición y recorrer las calles en busca del aguinaldo y repartiendo buenos deseos entre vecinos y foráneos con el "Que de hoy en un año". El intempestivo día de invierno y lluvia no supuso impedimento alguno para poder mantener la costumbre popular con todos sus rituales, persecuciones y peleas a diestro y siniestro para disfrute de niños, jóvenes y mayores.

El Diablo Grande (Sergio Canas) volvía a ser uno de los grandes protagonistas con sus tenazas de escalera y su careta de corcho de colmena con cuernos de cabra y colmillos de jabalí, llevando atados a la cintura los cencerros. Vestido de riguroso negro, solo el rojo en la carocha, fue acompañado por el Diablo Pequeño (Kevin Álvarez).

La salida, como es tradicional, tuvo lugar de las inmediaciones de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, acompañando a los Diablos diferentes personajes como el Gaitero, Tamborilero, Ciego (Sergio Ríos), Molacillo (Adrián Arias), Galán (Cristian Moráis), Madama (Héctor Ríos) , Filandorra (Javier Baladrón) y Rullón (Mario Fernández) y los hombres del Saco (José Matellán Casas y Jonathan Silva). Estos últimos, cumpliendo la costumbre, fueron lo encargados de recoger los aguinaldos en la visita a la casa de todas las familias de casa en casa por el pueblo.

El canto de las picarescas coplas de antaño por el Ciego y el Molacillo animaron la jornada junto a las continuas peleas. Siendo el Rullón y la Filandorra los encargados de repartir ceniza a diestro y siniestro. Una de las primeras peleas tuvo lugar en la Plaza la Fuente entre Diablos, Ciego y Molacillo, a la que puso fin este mostrando la Cruz.

Por la tarde el acto principal fue la muerte y entierro del Niño por parte del Diablo Grande. Al sepelio acudieron todos los personajes, aunque el Diablo Grande lo hace sin las tenazas y el Diablo Pequeño sin su pica. La fiesta culminaba con la tradicional convida popular. Hace un par de años se creo una asociación cultural para velar por la preservación de Los Diablos. La tradición sigue viva en Sarracín.