Villarino Tras la Sierra vivía ayer un histórico día de San Esteban abriendo las puertas de su mascarada de invierno a la participación de vecinos, emigrantes y foráneos. Lejos, perdidos en el tiempo, que nunca en la memoria, quedaron aquellos años sesenta donde la abundancia de niños, adolescentes y mozos obligaban a tener que sortear quién interpretaba a los ancestrales personajes ante la fuerte demanda para hacerlo.

Jonathan Arnáez Fernández, suizo en el día a día, alistano de corazón, ha realizado este invierno miles de kilómetros desde su residencia en Minusio (Suiza), para dar vida a uno de "Los Caballicos" en el pueblo de su abuelo. El otro Caballico cobró vida gracias a Diego Martín, natural de Ribas, cuyo padre es hijo de Villarino.

El veterano Prudencio Díez Fernández, ya jubilado, dio vida uno de los Zamarrones. El otro fue encarnado por un joven de Trabazos, Marcos Senández, amante de Villarino y de su mascarada.

El Pajarico, uno de los grandes protagonistas, fue otro hijo de emigrantes, Santi Diez Fernández, llegado desde la andaluza Málaga. Manda la tradición que este personaje sea interpretado por uno de los adolescentes que pasa a ser mozo. Él llevo el Pajarico colgado de una vara de fresno y el fardel para recoger las donaciones para la fiesta. La mayordoma de San Esteban fue Salud Díez Rivas, que vino desde Llanes, en Asturias, para contribuir a mantener la tradición.

Por la mañana tuvo lugar la misa en honor a San Esteban. A las 15.30 horas iniciaban el recorrido por las calles el Pajarico, los Zamarrones y los Caballicos como protagonistas con sus bromas y trastadas. Una tras otra, la comitiva fue puerta por puerta, felicitando a las familias y estas, además de dar sus donativos para San Esteban y para la mascarada, ofrecían a los presentes generosas bandejas de dulces y licores.

La jornada culminó al anochecer con el encendido del lumbrón que cumplió con dos funciones, una la de dar calor, y otra la de servir sus brasas para asar las costillas, churrasco y chorizo de la convidada popular.

Este año la mayoría de los personajes los han interpretado jóvenes y mayores de otros lugares, pero hijos y nietos de familias de Villarino Tras la Sierra. "Aliste y Tras Os Montes son dos lugares muy ricos en tradiciones y entre todos, autoridades y vecinos, estamos obligados a luchar unidos por evitar su desaparición y la de nuestros pueblos", asevera el alcalde José Antonio Álvarez Fernández.

Villarino Tras la Sierra lleva como mínimo celebrando su tradicional mascarada desde hace 184 años. Ello lo certifica una de las caretas del "Caballico", la cual fue realizada por el artesano del pueblo Antonio Blanco en 1831. La otra máscara es mas reciente, de 1977, tiene 38 años, y fue hecha por José Antonio Álvarez Fernández ayudado por Santiago Pérez Calvo.

La dinamizadora de la fiesta es la asociación "Peña Agüe", que aglutina a todos los vecinos, con la ayuda del Ayuntamiento de Trabazos, municipio al que pertenece Villarino desde 1929. Antes tenía Ayuntamiento propio, formado parte de él Santa Ana (que paso en 1907 a Alcañices) y Latedo.