Villarino Tras la Sierra vive un intenso día de San Esteban abriendo las puertas de su mascarada de invierno a la participación de vecinos, emigrantes y turistas. Jonathan Arnáez Fernández, suizo de origen alistano, ha realizado un viaje de 4.000 kilómetros desde su residencia en Minussio (Suiza) para dar vida uno de los Caballicos del pueblo de su abuelo. El otro Caballico lo encarnó Diego Martín, natural de Ribas, cuyo padre es de Villarino.

Los Zamarrones revivieron gracias al veterano Prudencio Díez Fernández, ya jubilado, y Juan Senández, de Trabazos, cocinero de profesión y amante de esta mascarada. El Pajarico, otro de los grandes protagonistas, fue otro hijo de emigrantes, Santi Díez Fernández, llegado desde Málaga. Manda la tradición de este pueblo que este personaje sea interpretado por uno de los adolescentes que pasa a ser mozo.

Villarino Tras la Sierra lleva celebrando su tradicional mascarada, como mínimo, desde hace 184 años. Ello lo certifica una de las caretas del Caballico, la cual fue realizada en 1831 por el artesano local Antonio Blanco.