Román Rodríguez, natural de Robleda, dejó su pueblo a los 14 años para ganarse la vida en Madrid. Desde 2004 es presidente del Consejo de Administración de MMT Seguros, una de las aseguradoras más relevantes de España, pero nunca ha perdido de vista sus orígenes y ha aprovechado su patria para vender Zamora por toda España. Desde la mutua, patrocina el deporte zamorano -el equipo local de balonmano lleva el nombre de la empresa-, pero también lleva a cabo obra social y promociona la cultura y las tradiciones zamoranos cada vez que se lo piden, incluida la Semana Santa. Por eso mañana le entregarán en Bercianos de Aliste la "Capa de Honor", un galardón concedido por la Asociación para el Estudio y Difusión de la Capa Parda Alistana de Honras, que actualmente preside el escultor Ricardo Flecha.

-¿Qué supone para un zamorano emigrado recibir un reconocimiento de este tipo en su tierra de origen?

-Es una satisfacción enorme, recibir una prenda de reconocido valor, cuya fama está traspasando fronteras y se empieza a conocer también en Madrid.

-¿Conoce la Semana Santa de Bercianos?

-La conozco por la televisión, la verdad es que no he ido nunca. Soy una persona muy ocupada, pero prometo que a partir de ahora iré a Bercianos un Viernes Santo y conoceré de primera mano esas ancestrales tradiciones.

-Hace un año MMT Seguros financió la publicación de un libro de ilustraciones sobre la Semana Santa de Zamora, que además tenía fines benéficos. ¿Cómo vive usted la Pasión zamorana?

-La Semana Santa para un zamorano es el acontecimiento más importante del año, ni las águedas, ni San Pedro. Todos los zamoranos la vivimos con muchísima intensidad. Yo la he vivido siempre, y cuando puedo me gusta ir a las procesiones de anónimo. Esa costumbre la empecé a vivir cuando hice el servicio militar en Zamora. Estaba en la banda de música del regimiento y tocábamos en la Semana Santa. Me impresionó de tal forma que me dije: "Román, volverás siempre a Zamora y volverás a la Semana Santa".

-¿Desde la distancia se valoran más las tradiciones de la patria chica?

-Evidentemente, cuando estamos fuera de Zamora lo valoramos de otra manera. Las tradiciones nos devuelven a nuestra infancia, a nuestra niñez, a nuestros pueblos, y por qué no, nos acordamos de las enseñanzas de nuestros abuelos, abuelas y antepasados. Por eso intento devolver a Zamora aquello que me han dado y que me sigue dando constantemente.

-¿Han cambiado mucho los pueblos de Zamora desde que dejó Sanabria para irse a trabajar a Madrid?

-Han cambiado mucho para mejor, pero tienen que seguir cambiando y mejorando. Yo no me fui de Zamora, resido en Madrid, pero sigo siendo zamorano y sigo empadronado en el Ayuntamiento de Robleda-Cervantes. Conozco bastante bien casi todos los pueblos de la provincia y conocí sus calles de tierra y barro intransitable para los vehículos, ahora hasta la aldea más pequeña tienen acceso con vehículos y en algunos casos hasta con autobuses. Recuerdo cuando era niño cómo luchó la generación de mis padres y de mis abuelos para que el gobernador civil pusiera un teléfono en el pueblo. Uno para toda la aldea, hoy tenemos teléfonos móviles hasta con internet, también vi llegar la luz y el agua corriente. En los últimos 20 años es cuando más se ha notado el cambio, también en Zamora capital. Quizás ustedes no se dan cuenta pero desde la llegada de Antonio Vázquez y Rosa Valdeón al Ayuntamiento de Zamora, se ha convertido en una ciudad por la que da gusto pasear. Pero nunca se puede parar, hay que seguir mejorando.

-Sin embargo, esos pueblos no dejan de perder población, ¿qué consejo daría, como hombre de negocios, a los zamoranos que se han quedado aquí?

-El problema es de toda Castilla y León, de Aragón también, la sangría de la emigración. Los jóvenes se van en busca de empleo, mi recomendación es crear cooperativas, crearía clubes de negocios para defender los productos zamoranos, en Madrid, en Barcelona y en Sevilla. Hay que hablar de los quesos, de los vinos y cómo no, de la chuleta de Aliste, esa chuleta de ternera tan sabrosa, productos que se han vendido bien dentro de la provincia pero no lo suficientemente fuera. Hay que formar hombres y mujeres que sepan comercializar esos productos de enorme calidad en toda España. La llegada del AVE también puede ser un revulsivo para el turismo en la ciudad.

-¿Cómo se podría aprovechar el talento de los miles de zamoranos que emigraron y triunfaron fuera?

-No soy yo quién para decidirlo, pero estaría bien hacer un club, una asociación de cabezas pensantes, de personas con experiencia que expliquen esas vivencias que han tenido o hemos tenido fuera de la provincia para aplicarlas dentro de ella.

-¿Considera que la provincia, o Castilla y León, necesitan un plan especial de todas las administraciones para frenar ese problema de la despoblación?

-Por supuesto, un plan que de a los castellanoleoneses la oportunidad de crear sus propios negocios, que generan riqueza y puestos de trabajo para la región. Pero no me corresponde a mi, son los políticos los que tienen que hacer esa labor en colaboración con los empresarios, con los sindicatos, con las fuerzas vivas que tienen que ser vivas de verdad y trabajar por el futuro de la región.

-¿Que opina como sanabrés y director de una mutua, el problema suscitado en su tierra por la nueva Ley de Seguridad Vial en cuanto a accidentes con la fauna?

-Las leyes hay que acatarlas, se pueden discutir, pero hay que acatarlas. Al ciudadano hay que protegerle y si queremos cuidar la fauna, también hay que protegerla. Recomiendo que cuando hagan una poliza tenga cobertura cinegética, nosotros lo tenemos de toda la vida. Hay precios muy económicos, pero también hay que comparar las coberturas y asegurarse que incluyen cobertura cinegética, son 20 o 30 euros más, no es algo inasumible. Es un tema complejo, pero la ley no es tan mala porque protege a la fauna y el conductor queda protegido si tiene una póliza, para eso estamos las aseguradoras y, sobre todo, las mutuas, que no tenemos ánimo de lucro.