El joven cazador J. A., natural de un pueblo próximo a la villa de Tábara, ha sido denunciado por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) como presunto autor de caza furtiva y abatir más ciervos de los permitidos, y, además, de no precintar los animales capturados incumpliendo así la normativa en vigor.

Se da la circunstancia de que este joven, que lleva inmerso en la caza desde la infancia, tenía retirado el permiso para el uso de armas a consecuencia de su participación en una pelea.

La Guardia Civil le decomisó un total de siete trofeos de venado macho y le retiró cuatro precintos.

Tras tener conocimiento de sus andanzas montunas fuera de toda legalidad, conocidas por no pocas personas de la zona, efectivos del Seprona procedieron en la mañana del pasado día 28 de octubre a inspeccionar una nave ganadera de ovino de una localidad próxima a Tábara. Según informa la propia Guardia Civil, "en el interior de dos instalaciones anexas a la nave principal hallaron siete cabezas de ciervo macho cortadas y sin precintar". Son siete trofeos que no destacan por estar entre lo extraordinario que se mueve en la Reserva de la Sierra de La Culebra y del entorno, y que algunos cazadores que han visto las cuernas califican lisa y llanamente de "zarrias". Asimismo, dieron cuenta "de otras tres cabezas de ciervo macho (igualmente sin precintar) que habían sido retiradas de ese lugar por parte del presunto autor "de estas cacerías.

El coto en cuestión "tenía concedida la cantidad de cuatro precintos para la caza mayor de ciervo macho". Los cazadores, según la Comandancia, "realizaban la caza amparados por los precintos de caza mayor que poseía el coto, pero al no realizar el precinto de la pieza abatida, eran usados para seguir cazando más piezas de las estipuladas en las autorizaciones". Precisa, asimismo, que "ninguno de los trofeos recuperados tenía colocado el precinto" como establece la normativa.

Incremento de vigilancia

La Guardia Civil de Zamora pone de manifiesto que "ha aumentado la vigilancia sobre los cotos de caza que se puedan ver afectados por la caza ilegal o furtiva en la época de berrea". Los afectados, indica, "son principalmente cotos con planes cinegéticos que tienen autorizada la caza mayor, viéndose afectados a su vez los terrenos cinegéticos colindantes, así como la Reserva Regional de Caza de Sierra de la Culebra, donde los cazadores legales e ilegales buscan conseguir los trofeos para poder abatirlos".

La Comandancia indica que las actuaciones llevadas a cabo "corresponden a la vía administrativa" y por tanto "se ha puesto en conocimiento de la autoridad competente, que es la Junta de Castilla y León. Si hizo mediante denuncia de las supuestas infracciones cometidas en materia de caza, entre las que está cazar más piezas que lo que permite el cupo de ese coto, y no precintar las cabezas una vez abatido el animal. También se hizo entrega del decomiso de las piezas y de los precintos sin usar correspondientes al coto.

La propia Comandancia deja constancia de que, en relación al incumplimiento de la normativa sobre precintos, "estos documentos son los que habilitan el transporte de un trofeo de caza mayor abatido legalmente, por cuyo motivo su colocación "in situ", una vez que se ha dado muerte al animal, es demostrativa de que el cazador posee todos los requisitos necesarios para abatir la pieza en cuestión. Es un sistema de control, debidamente regulado por la orden establecida para controlar la ejecución de los planes cinegéticos de los cotos de caza privados y federativos en la comunidad de Castilla y León".