El lobezno de Latedo que fue soltado recientemente a su hábitat natural, en la comarca de Aliste, después de ser curado de las heridas sufridas en el incendio de este verano, apareció muerto (enterrado) la mañana del pasado viernes por la zona donde había quedado libre días atrás. La noticia salía a la luz pública un día después de la mano de la organización Lobo Marley, la cual ha llegado a sostener que el autor de la muerte habría sido un "ganadero local".

Una atribución que ha creado un profundo malestar en la comarca alistana, donde los ánimos se mantienen bastante encendidos debido a la sucesión de los ataques lupinos al ganado y las discordancias con las organizaciones ecologistas defensoras de la especie.

La propia organización Lobo Marley, que preside Luis Miguel Domínguez, ha precisado que la muerte del cachorro "es por acción humana y presuntamente de un ganadero".

En cualquier caso, según ha podido saber este diario, el Seprona de la Guardia Civil investiga las circunstancias de la muerte del lobato, al que ya se ha realizado la necropsia que habría determinado como causa de la muerte un "fuerte golpe en las costillas".

También desde la Junta de Castilla y León se ha apuntado la apertura de una investigación que aclare la violenta muerte del animal, que estaba "perfectamente" controlado a través de un dispositivo colocado bajo la piel. Fue precisamente el emisor del GPS el que alertó sobre el paradero del lobezno y precisó el lugar exacto donde fue enterrado, en la comarca de Aliste, no lejos de la zona donde fue puesto en libertad.

El presidente de Lobo Marley ha cuestionado el método de reintroducción del animal en la naturaleza "porque no es normal que a los pocos días de quedar en libertad haya estado tan expuesto a la acción humana. Habrá que preguntarse qué protocolo se ha seguido".

Añade Luis Miguel Domínguez que la "cruel" muerte dada al animal "demuestra que el odio hacia el lobo sigue presente en la zona".

El cachorro de lobo fue rescatado por agentes medioambientales de la Junta, que lo encontraron perdido y huérfano en los bosques quemados de Latedo el pasado mes de julio. La acción de los agentes salvó la vida del animalillo, que fue trasladado al Centro del Lobo de Robledo para ser curado de las quemaduras en las almohadillas de los pies.

Allí se recuperó de las heridas, pero de inmediato naturalistas reclamaron la vuelta a la naturaleza de animal, intentando que no hubiera "impregnación" y estuviera en contacto con los humanos lo menos posible.

Finalmente el animal quedó en libertad, aunque encontró la muerte a los pocos días.