"¡Y que viva la Virgen del Rosario!". Con esta proclama concluía la misa que en honor a la patrona de Gema se celebraba ayer en esta localidad, con especial protagonismo de las mujeres que forman el coro parroquial y que fueron las encargadas con panderetas, castañuelas y otros instrumentos de cantar la misa castellana a partir de las doce del mediodía.

La misa daba paso a la tradicional subasta de roscas, celebrando el ofertorio que se desarrollaba también en otros pueblos de la comarca como Morales o Villaralbo. La idiosincrasia de este rito en Gema del Vino es que la puja se sigue realizando en cuartillos. "Dependiendo de como esté el cuartillo de trigo, que normalmente equivale a un kilo, así se realiza la recaudación" explicaban los vecinos del pueblo ante la puja, que en esta ocasión corría a cargo de Manolo Casaseca.

"Ciento cincuenta a la una, ciento cincuenta a las dos, ciento setenta y cinco" era el precio más alto con las que se obtenía a cambio una rosca de mediano tamaño y otra más pequeña, que se entregaban a la entrada del templo.

El viento y el desapacible día en cuanto a meteorología mermó la participación en la asistencia a la puja por las veinte roscas que, colocadas primorosamente en el ramo, eran ofrecidas a los vecinos.

La recaudación obtenida iba a parar a la fábrica de la iglesia de este pueblo de la comarca del Vino. Por la tarde, se celebraba en el pueblo el IV Encuentro de campaneros, con una exhibición de los diferentes toques y repiques por parte de sus integrantes, algunos de ellos naturales de Gema.

La Asociación Cultural Etnográfica La Arracada ponía el fin de fiesta en un día en que los vecinos también degustaban una merienda popular a las ocho en el salón de baile quedando emplazados para una nueva cita.