La denominada Cazuela existente en la presa de Ricobayo, formada por el agua de una forma pasmosa, tras devorar buena parte del macizo que los ingenieros daban por fiable para aguantar el vertido del agua excedente del embalse, ha dado pie a un grupo de geólogos e investigadores para analizar lo que consideran "un caso único en el mundo" y, además, un episodio que puede ayudar "a comprender la morfología del planeta Marte".

Es de resaltar que el descalabro erosivo constituyó una verdadera lucha entre la Ingeniería y la Naturaleza. Los hidráulicos e ingenieros se descabezaron vivos durante años tratando de detener el desmantelamiento de un roquedo que ponía en riesgo incluso la existencia del muro y, por tanto, del embalse más impresionante entonces en España.

Cuando los profesores e investigadores vieron con sus propios ojos la enorme marmita tallada por el agua, y conocieron con detalle el modo tan brutal y rápido de erosionarse y desguazarse el macizo granítico, quedaron altamente impresionados y comenzaron a analizar un episodio considerado excepcional. Máxime cuando tuvieron conocimiento de que la causa no habían sido unos caudales descomunales de agua, sino moderados e incluso bajos. Los resultados de su trabajo, publicados como extenso artículo en Nature Communications, también son sorprendentes.

La profesora Loreto Antón López destaca que "entre los aspectos que hacen de Ricobayo un ejemplo único están: la gran velocidad de erosión del macizo, que dio lugar a la formación un cañón de esas dimensiones en solo 6 años, y los caudales moderados o incluso pequeños, que produjeron esa respuesta". Estos dos aspectos, asegura, "son claves, ya que actualmente se asume de un modo bastante generalizado que la erosión fluvial es lenta, especialmente en rocas de la resistencia del granito (que es la litología presente en Ricobayo y predominante en los Arribes), y que grandes erosiones debe estar necesariamente asociadas a grandes caudales".

Ricobayo, añade, "parece desmentir esta concepción general y pone de manifiesto la importancia que tiene el patrón estructural del macizo, la red de fracturación en este caso, en cómo se produce el cañón". La profesora del departamento de Ciencias Analíticas, de la Facultad de Ciencias de la UNED, indica que "Ricobayo evidencia que la respuesta de la red fluvial a cambios sobreimpuestos puede ser extremadamente rápida si se dan las condiciones adecuadas". En tierra del Pan las condiciones erosivas fueron a pedir de boca porque, según explica la profesora, "en un macizo rocoso fracturado, el agua entra en la fracturas y lo que hace es separarlas cuando están a punto de caramelo, y sin necesidad de que haya mucha agua, se mueve el bloque".

El ejemplo de Ricobayo, y las conclusiones que se derivan del trabajo, "pueden ser de gran utilidad para validar los modelos de evolución fluvial que se están desarrollando actualmente".

Antón López, que firma el trabajo junto con A. E. Mather, M. Stokes, A. Muñoz Martín y G. De Vicente, subraya que "estos modelos se utilizan para interpretar condiciones geológicas pasadas, pero también para predecir respuestas futuras". La profesora resalta, además, que, "desde el punto de vista de la ingeniería, conocer cómo responde la red fluvial a modificaciones impuestas es clave para el diseño de obras hidráulicas, para el análisis de seguridad de presas y embalses e incluso a la hora de abordar el desmantelamiento de una presa". En este sentido, dice, "Ricobayo aporta su granito de arena para avanzar en el conocimiento de estos procesos, al ser un ejemplo cuidadosamente documentado por testigos de la época". Y es que Iberdrola mantiene detallado y fotografiado un desmonte que llenó de preocupación a los ingenieros que llevaban adelante la presa más impresionante del país.

En su trabajo hacen hincapié en que "proliferan los análisis del paisaje basados en técnicas de datación y reconstrucción de inundaciones", pero "son enfoques que llevan inherentemente incógnitas y suposiciones". No es el caso de Ricobayo, donde todo está documentado y es visible en la Cazuela y en el resto de canalizo tallado en el macizo, y que constituye uno de los fenómenos más visitados y alucinantes de los tocantes al sector hidroeléctrico.

Interés científico actual

Loreto Antón repara en que "la morfología de la red fluvial y el registro sedimentario asociado se utiliza para interpretar otros procesos geológicos como pueden ser eventos tectónicos y/o climáticos que han ocurrido hace cientos de miles o millones de años". También la red fluvial condiciona a su vez cómo evoluciona el paisaje, ya que son los ríos los que transportan todo el material erosionado en las cuencas, esto se refleja en la topografía, que a su vez condiciona el clima local, la distribución de especies...". Asegura, asimismo, que "la descripción de cómo evolucionan los sistemas fluviales constituye un análisis de gran interés científico en la actualidad". En este sentido, apunta, "Ricobayo es uno de los poquísimos ejemplos donde se ha podido observar ese proceso de adaptación del sistema fluvial a unas condiciones modificadas, con la ventaja adicional de que los factores involucrados el proceso (topografía, características del macizo, caudales?) son conocidos y por tanto el grado de incertidumbre es mínimo".

El episodio moleño ha llevado a pensar en la evolución habida en Marte, un planeta "que se identifica con morfologías de tipo fluvial o asociadas a la presencia de agua".

La Cazuela de Ricobayo da fe de que los sistemas fluviales pueden vivir momentos trágicos, que tienen lugar de una forma celérica, hasta conseguir alcanzar "el equilibrio" que muestran los cursos ya labrados por el agua.